Alta para el joven que esperó trasplante de corazón en su casa

Marco Frías, el primer paciente con corazón artificial intratorácico trasplantado del país, fue dado de alta hoy del Hospital Garrahan, a un año de recibir el diagnóstico de miocardia dilatada, el 3 de junio de 2013, lo que el equipo médico definió como un logro de la política de Estado que permite que los avances lleguen al sistema de salud público.

Marco, de 16 años, fue el primer caso en Latinoamérica en acceder a un corazón artificial intracardíaco, lo que le permitió una espera de diez meses en su casa hasta que llegó el órgano, que fue trasplantado el 6 de mayo pasado.

«Marco se encuentra en perfecto estado para tener el alta médica. A partir de mañana lo controlaremos por consultorios externos», dijo el jefe del servicio de Trasplante Cardíaco, Horacio Vogelfang, quien informó que «el alta es sumamente importante para un paciente trasplantado, ya que baja el riesgo de morbilidad y las posibilidades de infecciones».

El adolescente, del partido boanerense de Moreno, esperaba el alta desde el viernes pasado, pero una pequeña complicación con el nivel de magnesio lo retuvo hasta hoy, internado en la Unidad de Cuidados Intermedios del hospital.

Gladys Frías, su madre, dijo estar «muy feliz» al conocer el alta que permite a su hijo volver a casa.

«Mi hijo volvió a vivir y sobre todo a sonreír cuando recibió la donación del corazón. La diferencia con respecto a cuando estaba conectado al corazón artificial fue notable», contó su mamá.

Cuando Gladys dice que la vida de Marco durante la espera del órgano fue «casi normal» se refiere a que su hijo «estaba muy pendiente de la batería que llevaba en el cinturón del pantalón».

«El corazón artificial tenía que alimentarse con la energía de una batería que había que cargar cada tres horas y media. Por eso hablamos de que su vida no era totalmente normal, pero fue lo que hizo la espera posible. Para un chico como Marco estar en su casa todo ese tiempo fue muy bueno», contó la mujer.

A partir de ahora, Marco deberá tener cuidados ambientales rigurosos, como la no exposición al polvo, a la contaminación, a la humedad, entre otros resguardos y, por ese motivo, se decidió que fuera a vivir a la casa de una hermana en el centro de Moreno, que tiene mejores condiciones ambientales.

Ayer, el equipo que hizo posible este logro celebró durante una conferencia de prensa en el centro pediátrico de alta complejidad que «la salud infantil es una política de Estado».

«Eso es lo que permite incorporar los avances de la medicina», dijo Marcelo Scopinaro, presidente del Consejo de Administración del Hospital Garrahan.

En tanto, el jefe del servicio de Trasplante Cardíaco, Horacio Vogelfang, valoró que el corazón artificial que permitió a Marco Frías hacer una vida normal por diez meses es un «paso adelante y estamos orgullosos de que estos avances médicos lleguen a un hospital público».

«En el hospital, unos 30 chicos ya fueron conectados a corazones artificiales a la espera de un trasplante, sin embargo estos nuevos sistemas permiten `volver a casa y hacer una vida casi normal` ya que es pequeño, y el tubito que se conecta al corazón enfermo se alimenta a una batería que lo alimenta, que se puede colocar en un cinturón», explicó.

El Servicio de Trasplante Cardíaco y Cirugía Vascular Periférica del establecimiento funciona desde el año 2000 y lleva realizados 43 trasplantes.

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