Amamantar a todos los recién nacidos durante la primera hora desde su nacimiento podría prevenir una de cada cinco muertes innecesarias y salvar a más de medio millón de niños en el mundo cada año, según Unicef.
Así lo señaló el director ejecutivo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Anthony Lake, en una carta publicada con motivo de la celebración de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se celebra del 1 al 7 de agosto.
Lake destacó que la lactancia es fundamental a la hora de reducir la mortalidad infantil y ayudar al buen desarrollo de los pequeños.
Según datos de Unicef, cada año mueren en el mundo casi siete millones de niños menores de cinco años por causas que pueden prevenirse y, de ellos, más del 40 % son recién nacidos.
Lake lamentó que pese a los sabidos beneficios de la lactancia, menos de la mitad de los recién nacidos del mundo se beneficien de ella y llamó a cambiar esa situación.
«Tenemos que cambiar usos sociales, trabajar sobre todo con las comunidades y familias para animar a las madres a dar el pecho», señaló el responsable de Unicef.
Según Lake, la lactancia no ayuda sólo a salvar vidas, sino que «es el pilar de una buena nutrición», pues reduce el riesgo de malnutrición en los niños y el de obesidad cuando crecen.
«Respaldando la nutrición y el vínculo entre la madre y el niño, la lactancia también apoya un desarrollo cerebral sano», apuntó.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda alimentar a los niños exclusivamente con leche materna desde su primera hora de vida hasta los seis meses, cuando anima a comenzar a complementar esa dieta con otros productos.
La Semana Mundial de la Lactancia Materna se celebra en más de 170 países para subrayar la importancia de esa práctica y los beneficios que tiene para los niños.