Un comité de la Organización Mundial de la Salud (OMS) emprendió este lunes la revisión de las regulaciones sanitarias internacionales para corregir los errores observados en la respuesta al ébola y preparar al mundo para epidemias que ocurrirán inevitablemente.
«Preparación para el futuro significa estar listos para afrontar una enfermedad muy grave que se contagie por el aire o que pueda ser transmitida durante el periodo de incubación, antes de que la persona infectada muestre síntomas», dijo la directora general de la OMS, Margaret Chan, a los médicos y científicos que forman parte del comité.
El ébola, que causó una gran epidemia que prosigue en África occidental, sólo se transmite por contacto directo con los fluidos corporales de una persona que ya muestra señales de la enfermedad.
«Nuestro desafío es buscar mejoras que dejen al mundo mejor preparado para el siguiente e inevitable brote», agregó al inaugurar las discusiones del comité que continuarán toda esta semana.
El surgimiento de epidemias, tanto de enfermedades conocidas como nuevas, se convirtió en una amenaza mayor en tiempos recientes debido a las nuevas condiciones de vida, en las que se multiplicaron y aceleraron los viajes internacionales y de comercio entre países. A diario, 8,6 millones de personas y mercancías por un valor de 17.500 millones de dólares son transportadas en 100.000 vuelos.
La convicción de que las regulaciones actuales son insuficientes ante las nuevas epidemias viene de los reconocidos errores en los que incurrió la OMS, así como los países, cuando se desató la actual epidemia de ébola, que fue distinta a las 22 anteriores, que pudieron ser contenidas entre cuatro y seis meses.
Casi un año y medio después de la declaración de epidemia en Guinea, que se extendió muy rápidamente a Sierra Leona y Liberia, el virus del Ébola continúa circulando en los dos primeros países. En total, 28.000 personas resultaron infectadas durante este brote, de las que cerca de 11.300 han muerto.
En estas circunstancias, Chan pidió a los expertos «estrategias correctivas» para no incurrir en los mismos errores y recordó que, aunque muy grave, la epidemia del ébola no llegó al «peor escenario» que podía temerse.
Las regulaciones sanitarias internacionales son las únicas normas acordadas por los países para responder de forma oportuna y efectiva a brotes infecciosos y otras emergencias sanitarias.
Sin embargo, ocho años después de su entrada en vigor sólo una tercera parte de países miembros de la OMS (194) cuenta con las capacidades para implementar esas regulaciones.
El comité a cargo de su revisión tendrá así la tarea de ver cómo podría dotarse a los países más pobres de las capacidades e infraestructuras mínimas para detectar brotes epidémicos antes de que se propaguen entre la gente.
La epidemia de ébola en Guinea, el país desde donde se propagó luego, estuvo tres meses sin ser detectada y los casos eran equivocadamente diagnosticados como cólera o fiebre de Lassa, situación que se repitió más tarde en Sierra Leona.
Los expertos también verán cómo se puede hacer respetar las recomendaciones de la OMS, que durante la epidemia de ébola dijo una y otra vez que no se requerían restricciones de viajes ni de comercio con los países afectados, a pesar de lo cual varios países y compañías actuaron de forma contraria.
Un último elemento central que deberá ser corregido es la ausencia de una alerta formal de «riesgo sanitario», que al no existir obliga a la OMS a declarar directamente una «emergencia sanitaria internacional», con las consecuencias que esto tiene para los países afectados.