El concepto del fast food, como su nombre lo indica, refiere a un formato de alimentación donde la comida se prepara y se sirve para el consumo de forma casi inmediata. Una de sus características es la similitud en las preparaciones y en los establecimientos que ofrecen este tipo de menús, a un costo mucho más accesible en comparación a los restaurantes. Es por eso que los argentinos eligen cada vez más estos locales, ya que según la oficina porteña de Estadísticas y Censos, la gastronomía acumuló un aumento de precios de casi el 15% en los últimos tres meses.
La base de expansión de este tipo de comidas radica en EEUU, país en el cual la conducta alimentaria de la sociedad no es la ideal. Como arraigo de este tipo de comportamiento, varios países adoptaron este modelo alimentario que permite al individuo disponer de comidas de forma inmediata, sin contemplar la calidad de lo que se consume.
Entre los puntos negativos del abuso del fast food podemos encontrar:
• Preparaciones que suelen ofrecer en tan solo una comida mas de la mitad de la energía diaria (Kcal) de la que el individuo generalmente requiere para sus actividades, razón por la cual un consumo sistemático predispone al sobrepeso y la obesidad.
•Las bases de este tipo de preparaciones suelen utilizar una cantidad elevada de huevos, manteca, aceite para su cocción, harinas y sal, los cuales llevan a incrementar en el individuo su perfil bioquímico-metabólico y facilitar la aparición de patologías que de ellas se desprenden, entre ellas hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, hipertensión arterial e intolerancia a los azucares.
• Debido a que estos alimentos suelen ser fritos, o porque sus ingredientes son elevados en grasa, estas preparaciones son difíciles de tolerar a nivel gástrico y por ende el proceso digestivo suele ser mas lento al habitual.
• Estas comidas poseen una gran cantidad de aditivos y conservantes para potenciar el sabor, el color y la textura. Estos agregados pueden ser agentes causales de diferentes patologías si el consumo sistemático de estos alimentos superan las dosis diarias admitidas.
Cabe destacar que en los últimos años la oferta del fast food mejoró en cierto punto, ya que varias cadenas incluyen guarniciones provistas por vegetales y frutas. En la actualidad, las cadenas de comida rápida publican su información nutricional en internet y en los empaques de sus productos. Por lo general se encuentra una descripción respecto a la calidad y cantidad de grasas, colesterol, sodio, proteínas y calorías que presenta cada menú. Revisar este tipo información, puede ser de utilidad para tomar una correcta decisión cada vez que se coma fuera de casa.
*El Lic. Luciano Spena es director de la Carrera Lic. Nutrición en Universidad de Morón y miembro de la Comisión Directitva de la Asociación Argentina de Nutricionistas-Dietistas (AADYND).
