La tasa de éxito de las operaciones a corazón abierto puede mejorar si la cirugía se realiza por la tarde en lugar de a primera hora de la mañana, según un estudio publicado en The Lancet que relaciona el «reloj biológico» con las afecciones cardíacas.
Científicos de la Universidad de Lille, Francia, creen que existe una relación entre los ritmos circadianos del cuerpo humano -cuyos descubridores recibieron el Premio Nobel a principios de octubre- y la posibilidad de sufrir daños cardíacos tras someterse a una operación.
En su trabajo identifican cerca de 300 genes que afectan tanto al funcionamiento de ese reloj interno como a los mecanismos que pueden provocar accidentes cardiovasculares.
«Nuestro estudio indica que los daños cardíacos tras la cirugía son más comunes entre personas que han pasado por el quirófano por la mañana, respecto a aquellos operados por la tarde», señaló David Montaigne, uno de los autores.
El investigador subrayó que «una de las razones por las que eso ocurre es que parte del mecanismo biológico responsable de los daños se ve afectado por el reloj circadiano y los genes que lo controlan», detalló Montaigne.
Sus conclusiones se basan en un estudio de observación en el que se recogieron datos de 596 pacientes, entre enero de 2009 y diciembre de 2015.
Los científicos registraron accidentes cardiovasculares graves en esas personas durante los 500 días posteriores a una intervención en las que se sometieron al reemplazo de una válvula cardíaca.
A partir de esos datos, el estudio sugiere que someterse a esa operación después del mediodía rebaja hasta en un 50 % el riesgo de sufrir complicaciones cardíacas.
Para tratar de explicar esos resultados, los investigadores analizaron 30 muestras de tejido cardíaco de pacientes de ambos grupos, y determinaron que el tejido de las personas que habían sido operadas por la tarde recuperaba antes la capacidad de contraerse.
En una última fase de su trabajo, analizaron en ratones el comportamiento de los genes involucrados en esos mecanismos, con lo que esperan desarrollar en el futuro medicamentos capaces de modular esos genes para tratar de mejorar la respuesta general a la cirugía cardiovascular.