¿Qué es el hambre de piel que sufrimos durante la pandemia?

Aunque parezca increíble, a veces el tacto puede ayudarnos a calmar dolores y aliviar el estrés. Cómo afecta el distanciamiento en poder lograrlo.

La importancia del tacto (Foto: Pixabay)

«Creo que subestimamos lo imporante que es el contacto físico en nuestra interacción social. El toque humano es clave para nuestra superviviencia, está en nuestro ADN», explicó Robin Dunbar, psicólogo evolutivo, para la BBC.

Además, es un sentido que ha adquirido una nueva resonancia durante la pandemia, ahora que tenemos que mantener la distancia y no hemos abrazado a amigos ni a familiares con los que no vivimos en más de medio año.

El tacto es el primer sentido que desarrollamos. ¿Qué pasa cuando tocamos a otras personas? ¿Y por qué es tan especial?

«Cuando tocas a otras personas tu cerebro lo procesa con diferentes mecanismos», le contó a la BBC Katerina Fotoloulou, profesora de Neurociencia Psicodinámica.

«Fue apenas en la década de 1990 que descubrimos que en los seres humanos tenemos un conjunto especializado de células en la piel, que luego viajan con vías especializadas a partes particulares del cerebro. Ese sistema se llama C-Tactile».

Los sensores en la piel nos permiten experimentar presión, vibración y dolor, así como temperatura y placer físico.

Esos sensores se adaptan rápidamente al tacto ligero, por eso después de ponernos la ropa, en un momento olvidamos que está tocando nuestra piel, a menos de que por alguna razón nos esté incomodando, por supuesto.

La prueba

Más de 40.000 personas de 112 países participaron del The Touch Test, el estudio que lanzaron la BBC y Wellcome Collection en enero pasado.

Los hallazgos muestran cuánto valoramos el contacto interpersonal, algo que los especialistas en salud tienen muy presente, particularmente en medio de la pandemia.

En una situación en la que no podemos tocar a las personas en nuestra vida cotidiana que normalmente tocamos, no es que se va a derrumbar todo instantáneamente. Pero nuestros sentimientos de conexión, de empatía, de confianza se irán degradando lentamente», explicó Linden.

El problema, en su forma más severa, es conocido como «Hambre de piel» o «Sed de piel».

Y es que extrañamos profundamente tocar y ser tocados pues cuando sucede se libera ese maravilloso elixir que se conoce como endorfinas.

No por nada, al describir el contacto físico, a pesar de provenir de tal variedad de países, los participantes en el estudio usaron unas palabras mucho más que otras.

Las 5 cosas que a la gente más le gusta tocar:

– Piel… de un animal peludo y suave

– Terciopelo

– Seda

– Algodón

– Piel… de humano (no sabemos cuán peludo)

 

Las 5 cosas que a la gente menos le gusta tocar:

– Cosas babosas

– Papel de lija

– Nylon

– Lana

– Metal

 

 

 

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