Medicina a distancia: una tendencia que vino para quedarse

Cómo adaptarse a la telemedicina (Foto; Pixabay)

Es más que evidente que el surgimiento de la pandemia ha cambiado al mundo tal como lo conocíamos. Se tuvieron que apresurar procesos que ya estaban en curso, pero también se tuvieron que montar sistemas desde cero. Es en este contexto que la Covid-19 aceleró el desarrollo de los equipos de salud para brindar atención a los pacientes de formas novedosas.

Si bien al principio se manifestó cierta desconfianza con este modelo de atención, la telemedicina o medicina a distancia, se instaura como una tendencia que va a perdurar en el tiempo ya que, además de evitar el contagio, puede aplicarse tanto como para el diagnóstico como para el tratamiento de diferentes patologías, y permite agilizar las consultas y poder brindar atención de un profesional a personas de todo el país (y el mundo) sin la necesidad de trasladarse.

En efecto, se han realizado múltiples estudios en diferentes partes del mundo para evaluar la eficacia y la aceptación de los equipos de salud y de los pacientes a la telemedicina. Tal es así que, en estudios realizados en Estados Unidos e Italia durante los últimos años, se concluyó la similitud entre la atención por telemedicina y la presencial, ya que no se encontraron diferencias significativas entre ambos sistemas.

“Durante el último tiempo hemos logrado aplicarla con buenos resultados en pacientes con enfermedades neurológicas crónicas, reduciendo así la necesidad de traslados de los pacientes a centros médicos y favoreciendo también el acceso a los que viven en zonas más alejadas. En

esta situación epidemiológica en particular, esto disminuye tanto el riesgo como así también reduce el costo de traslados desde el domicilio hasta la institución y el tiempo requerido para el mismo”, comenta la Dra. Macarena González, Neuróloga de INECO.

En medio de la pandemia fueron justamente las enfermedades neurológicas las que quedaron en el centro de la escena ya que, a modo de ejemplo, se alertó una disminución del 60% en las consultas respecto a los ataques cerebrovasculares. La atención a distancia permitió poder dar seguimiento a los pacientes y detectar a tiempo complicaciones, minimizando las consecuencias del aislamiento a nivel cognitivo y motor.

“La utilidad de la telemedicina está demostrada. Se han realizado estudios, que por ejemplo comparan la evaluación remota de pacientes con Enfermedad de Parkinson vs evaluaciones realizadas en consultorio y se demostró que ambas intervenciones son confiables y que no había diferencias significativas”, asegura la profesional de INECO.

Sin embargo, según aseguran los especialistas, debido al riesgo que supone realizar rehabilitación con poca supervisión, por dificultades en el uso de la tecnología o incluso por poca aceptación a la falta de contacto humano, algunos casos continuarán requiriendo una atención presencial o mixta.

El desafío que la telemedicina tendrá para los próximos meses será continuar desarrollando programas interdisciplinarios con actividades personalizadas que beneficien a más pacientes, democratizando la atención médica en todo el territorio y permitiendo que se pueda elegir laatención con determinado profesional o institución sin verse limitado por la ubicación geográfica.

 

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