El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo, que provoca inatención, hiperactividad e impulsividad. Las personas con TDAH presentan dificultades en las funciones ejecutivas, en la regulación emocional y en la motivación para completar proyectos y planes.
Según la OMS, el TDAH afecta a alrededor del 5% de la población infantil. Sin embargo, el TDAH no es sólo una condición que se encuentre en la infancia, sino que más del 60% de los niños que tienen este diagnóstico, persiste con sintomatología evidente en su vida adulta.
Los expertos sostienen que es una condición habitual en niños de edad escolar y, generalmente, tienen algún familiar que ha sido tratado por el trastorno o que presenta algunas características.
Si bien el origen del TDA es neurobiológico, existen factores que pueden llevar a que los síntomas se manifiesten con mayor o menor intensidad. Andrea Abadi, la directora del Departamento Infantojuvenil de INECO afirma que “Si bien los tratamientos han demostrado ser sumamenteefectivos en población infanto juvenil, el problema surge cuando aún existiendo dificultadesacadémicas, sociales o conductuales, por desconocimientos o ideología el paciente no recibe el diagnóstico o tratamiento adecuado”.
Por eso hay que estar alerta a las señales que da el niño. Se debe tener en cuenta si el niño tiene dificultad para prestar atención o si se distrae fácilmente; si comete muchos errores por descuido o desprolijidad; si no presta atención a los detalles; si tiene dificultades para escuchar o para esperar; si es inquieto y se le dificulta quedarse sentado; si es impaciente, corre o trepa de forma excesiva o habla demasiado e interrumpe frecuentemente las conversaciones de otros, sean sus amigos o sus familiares.
En el caso de los adultos, el TDAH afecta significativamente varias dimensiones de la vida cotidiana, como las relaciones interpersonales, el rendimiento en el estudio y el trabajo. Muy frecuentemente, este trastorno se encuentra asociado a síntomas de ansiedad, depresión y abuso de sustancias.
Según los estudios, los síntomas suelen ser más severos en personas que no han sido diagnosticadas en la infancia. Es muy frecuente diagnosticar TDAH a adultos que han tenido síntomas desde la infancia pero no se los ha interpretado como tales. “En el consultorio vemos casos de adultos que presentan estas características y manifiestan haberlas tenido durante toda su infancia y por incomprensión o desconocimiento, tanto de ellos como de los profesionales, nunca se habían tratado anteriormente de forma adecuada. Por lo tanto, es importante detectarlo a tiempo para poder colaborar con un tratamiento que aliente a la mayor integración posible”, concluye Pablo López, psicólogo y Director Académico de Fundación INECO.
Una de las formas de tratar el TDAH es la la terapia cognitiva conductual, que ha demostrado beneficiar mucho al paciente, ya que brinda estrategias orientadas a mejorar los síntomas centrales del TDAH, reduciendo la inatención, la hiperactividad y la impulsividad, así como también los síntomas anímicos y de ansiedad. “La terapia cognitivo-conductual, está organizada en sesiones breves, focalizadas y estructuradas. En ellas, el objetivo principal es modificar las conductas que fuerzan los efectos negativos, enseñando a las personas a manejar los síntomas centrales, mejorando la adaptación emocional y la autoestima, reduciendo los otros problemas asociados con esta condición.” Afirma Juan Sorondo, Neuropsicólogo del Departamento de Neuropsicología de INECO.
“Además, gracias a la terapia, pueden contar con un espacio de entrenamiento ejecutivo para trabajar temas relacionados a la organización en general, a la planificación, a selección y monitoreo de objetivos y a encontrar estrategias para evitar la procrastinación” expresa Sorondo.