El humo del tabaco de segunda mano causa cada año 600.000 muertes en todo el mundo (un 1% de la población), según un estudio de la Organización Mundial de la Salud que publica esta semana la revista “The Lancet”. El trabajo señala a los niños como el grupo etario más afectado.
Se trata de la primera investigación en calcular el efecto global del tabaquismo pasivo, que provoca la muerte de 165.000 chicos cada año. Basándose en datos de 2004, los resultados ponen de manifiesto que el tabaco mata a seis millones de personas, fumadoras o no, anualmente.
El humo de segunda mano causa 379.000 muertes por enfermedades cardíacas, 165.000 por infecciones respiratorias, que afectan especialmente a los niños, 36.900 por asma y 21.400 por cáncer de pulmón.
Annette Pruss-Ustun, una de las investigadoras de la OMS que participó en el estudio, afirmó que los tóxicos del tabaco siguen siendo “uno de los contaminantes más habituales en lugares cerrados».
Son fumadores pasivos un 40% de los niños, un 35% de las mujeres y un 33% de los hombres. La mayoría de las muertes entre la población infantil se producen en países en vías de desarrollo, mientras que los decesos de adultos por esta causa son más habituales en los países ricos. En África fallecieron en el año de referencia 43.375 niños frente a 9.514 adultos. Por el contrario, en Europa murieron 71 chicos frente a 35.388 adultos.
Los investigadores destacan que «los niños son los más afectados en todo el mundo ya que además no pueden alejarse de las personas que los exponen al humo, que suelen ser familiares cercanos o gente que fuma en casa. Además, las pruebas del efecto del humo en niños son mucho más contundentes».
Los autores proponen que, ante estas evidencias, se incrementen los mensajes sanitarios para evitar la exposición al tabaco de los más pequeños. En ese sentido, el estudio calculó además la pérdida de «años de salud» por culpa del tabaco que consumen otros.
Sin embargo, también hay lugar para el optimismo ya que iniciativas como la prohibición de fumar en los lugares de trabajo han reducido notablemente el número de infartos al corazón.
Sólo un 7,4 por ciento de la población mundial vive en países con legislaciones que restringen el uso del tabaco en ciertos lugares.