La toma de antidepresivos por parte de las mujeres al final del embarazo multiplica el riesgo de que el recién nacido sufra de hipertensión pulmonar persistente, según un estudio realizado en los países escandinavos.
«La toma de antidepresivos del tipo ISRS (Inhibidores Selectivos de Recaptación de la Serotonina) después de la 20a semana de amenorrea multiplica por dos el riesgo de hipertensión pulmonar persistente en el recién nacido, a 3 de cada mil», según las conclusiones del estudio realizado por el prestigioso Instituto Karolinska de Estocolmo.
La media de recién nacidos que padecen esta enfermedad es de 1,2 de cada mil y la tasa de mortalidad es del 15%.
El estudio del Karolinska se basa en 1,6 millones de nacimientos entre 1996 y 2007 en los cinco países escandinavos (Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia). Según este estudio, de las 11.000 mujeres que tomaron antidepresivos al final del embarazo, 33 dieron a luz a niños que padecían hipertensión pulmonar.
«Los médicos que tratan a pacientes embarazadas contra la depresión deberían esforzarse por considerar tratamientos no medicamentosos», advirtió la responsable del estudio, Helle Kieler, en un comunicado.