Un grupo de científicos logró inmunizar de manera hereditaria a mosquitos contra el parásito responsable de la malaria, rompiendo así la cadena de transmisión de esta enfermedad a los humanos, según una investigación publicada en la revista estadounidense Science.
Esta técnica, ya utilizada con éxito para controlar el dengue, aparece como prometedora para reducir la infección también llamada paludismo, que provoca la muerte de unas 660.000 personas cada año en todo el mundo.
Para inmunizar a los mosquitos Anófeles, transmisores de la malaria, científicos del Instituto Estadounidense de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) los infectaron con una bacteria llamada Wolbachia.
Este patógeno, frecuente entre los insectos, fue capaz de transmitirse en hasta 34 generaciones de mosquitos, volviéndolos inmunes al parásito del paludismo.
Los resultados muestran el «potencial de los mosquitos infectados con Wolbachia para un control estratégico de la malaria», afirmó el estudio.
Investigaciones previas habían demostrado que esta bacteria puede prevenir el desarrollo de los parásitos Plasmodium que inducen la malaria en los mosquitos Anófeles.
Pero en este estudio, los científicos lograron demostrar por primera vez que podían crear mosquitos con una infección de Wolbachia estable que se transmitiera de forma consistente de madre a hijos.
Los investigadores también hallaron que la infección por Wolbachia acababa con los parásitos de la malaria tanto en las entrañas de los mosquitos como en sus glándulas salivares, la principal vía de transmisión a los humanos a través de las picaduras de mosquitos.