A través del tiempo y en diferentes culturas, el ser humano siempre estuvo acompañado por mascotas, porque aceptan al dueño tal cual es y son una compañía incondicional.
Según expresó la psicoanalista Adriana Guraieb, full member de la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA), “la vida se encarga de hacernos conocer el dolor, la decepción, la pérdida de una relación, situaciones que influyen en que una persona cambie su carácter, se incremente su desconfianza o inicie un proceso de aislamiento social en el que se queda solo por miedo a volver a sufrir” De acuerdo con la experta, en estos casos es especialmente recomendable tener una mascota, ya que resulta “un poderoso antídoto” contra la soledad.
“El circuito de beneficios de tener una mascota continúa pues el humor comienza a cambiar, la alegría del animal se contagia, la sonrisa vuelve al rostro y así se comienza a salir más con un perro perro o bien solo para buscarle comida o juguetes, lo cual incrementa el contacto con el mundo”, argumentó.
Por otra parte, las mascotas conocen mucho a sus dueños y cuando ellos están preocupados, son las primeras en darse cuenta y acompañar. A su vez, aportan una gran riqueza desde la infancia, ya que los niños “aprenden a quererlas, a tenerlas de compinches de travesuras, a desarrollar un sentido de cuidar de alguien, de sentir ternura y no temerles”, indicó Guraieb.
Sin duda las bondades de adoptar una mascota son múltiples y es necesario integrarla en la familia, quererla y cuidar de ellas.