“Con la declaración del alerta roja por parte del Servicio Meteorológico Nacional, la ola de calor puede afectar no sólo a los grupos de riesgo sino también a personas saludables, por lo que es necesario que todas las personas que residen en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano sigan las recomendaciones que desde el ministerio de Salud emitimos el pasado 20 de diciembre”, dijo Juan Manzur, titular de la cartera sanitaria nacional.
“Considerando que las altas temperaturas se mantendrán durante esta semana, pedimos a la población que en la medida de lo posible evite exponerse a los rayos solares y que consuma abundante agua”, dijo el ministro, quien añadió que es “fundamental recurrir a la consulta médica ante síntomas como fiebre alta, somnolencia, desvanecimiento o aceleramiento del pulso”.
A través del denominado Sistema de Alertas sobre Olas de Calor y Salud implementado desde el verano anterior por el Servicio Meteorológico Nacional, se procura anticipar a la población, con la mayor antelación posible, situaciones meteorológicas extremas y sus posibles efectos en la mortalidad, para que la misma aumente los recaudos frente a las olas de calor.
“Este sistema nos ha permitido actuar en coordinación y con previsibilidad, pero los efectos de la ola de calor podrán ser minimizados más aun si todos observamos los sencillos consejos que deben seguirse”, recalcó el funcionario.
Las recomendaciones del Ministerio de Salud de la Nación para evitar el golpe de calor son:
•Tomar mucha agua durante todo el día.
• Evitar las comidas abundantes. Consumir alimentos frescos, como frutas y verduras.
• Evitar las bebidas alcohólicas, muy dulces y las infusiones calientes.
• Usar ropa suelta, de materiales delgados y de colores claros.
• No realizar ejercicios físicos en ambientes calurosos. Tomar líquido antes de comenzar cualquier actividad al aire libre.
• Protegerse del sol poniéndose un sombrero o usando una sombrilla.
• Usar cremas de protección solar (SPF en inglés), factor 15 o más.
• Evitar actos públicos o juegos en espacios cerrados sin ventilación.
A lactantes y niños pequeños:
• Darle el pecho a los lactantes con más frecuencia.
• Hacerlos beber agua fresca y segura.
• Trasladarlos a lugares frescos y ventilados.
• Ducharlos o mojarle todo el cuerpo con agua fresca.
Para el resto de la población:
Si una persona siente mareos o se desvanece, hay que acostarla en un lugar fresco, bajo techo. Se le puede ofrecer una bebida rehidratante, pero nunca infusiones calientes ni muy dulces. Colocar agua fría en las muñecas proporciona alivio.
Si la temperatura corporal aumenta, hay que sacar la ropa de la persona afectada, pasar una esponja mojada por la cara, y, en lo posible, dar un baño corporal con agua helada. También es útil utilizar paños fríos y bolsas de hielo en la cabeza.
Los ancianos y quienes trabajan en ambientes calurosos y húmedos tienen mayor riesgo de sufrir un golpe de calor, que debe ser tratado inmediatamente. En estos casos, la temperatura corporal se eleva por encima de los 40°, el pulso se vuelve fuerte y rápido, se producen cambios en el estado de conciencia (somnolencia), la sudoración cesa y la piel se observa seca, caliente y enrojecida.
Otros síntomas de alerta son dolor de cabeza, sensación de fatiga y sed intensa, náuseas y vómitos, calambres musculares, convulsiones y sudoración importante que cesa repentinamente y somnolencia y respiración alterada. Frente a ellos, es imprescindible concurrir rápidamente a la consulta médica en el centro de salud más cercano.