Más sexo en verano: ¿mito o realidad?

Es la época donde la gente muestra más su cuerpo, algo que podría anunciar que la estación es la época más intensa del año. Sin embargo la autoexigencia puede generar frustración cuando las cosas no salen como se esperaban. 

La máxima de que, de por sí, “el verano es la temporada sexualmente más activa”, tiene sus adeptos y sus detractores, además de quienes militan por una intimidad igualmente satisfactoria todo el año y tienen la suerte de poder llevarlo a la práctica.

Si se toman en cuenta los relevamientos que aseguran que nacen más bebés entre agosto y diciembre que durante el resto del año, se puede calcular que la actividad sexual de esas parejas fue más intensa nueve meses antes, es decir, entre enero y mayo. En realidad, los meses de mayor natalidad varían según el año. Las listas de reservas en las maternidades estallan en setiembre, octubre y abril, con lo cual, contando nueve meses hacia atrás, el puntero señala los meses de vacaciones, tanto de invierno como de verano.

“Esto no necesariamente indica que hay más sexo en esos meses, sino que simplemente es en esos recesos cuando las parejas, por cuestiones relacionadas con la planificación del año laboral, deciden dejar el método anticonceptivo para quedar embarazadas”, explicó el doctor Fabián Gómez , médico urólogo.

Estadísticas informales y cientos de artículos periodísticos aseguran que la vida sexual es mucho más intensa en la época estival que en los meses más fríos del año. Estas notas siempre están ilustradas con cuerpos jóvenes en trajes de baño, siempre dispuestos para el touch and go. El sol, además, activa la producción de oxitocina por las células de la piel, y eso, asegura la literatura científica, fortalece los estímulos placenteros.

Así, no parece quedar duda alguna de por qué el verano es más excitante; pero suele pasar que el espejo, o la pareja (que además está preocupada por el dinero que están gastando), o los chicos que reclaman permanente atención, o los problemas cotidianos que ni en vacaciones dan descanso o la salud de un cuerpo que ya no es el de los veinte, perturben un tanto esa imagen idealizada del verano como “la época más propicia”. Y muchos se preguntan, apretando los dientes: “¿Quién dijo que hay más sexo en verano y en vacaciones?”

Todo el año vacaciones

Hay personas a las que les genera más fantasías la imagen del calor y los cuerpos en la arena, así como a otra les excita más la cálida intimidad junto al fuego en invierno; y para otros, cualquier ocasión puede ser igualmente motivadora. “La posibilidad de tener una vida sexual intensa depende de dónde la persona vive, qué hace en sus vacaciones, o dónde tiene posibilidad de estar. Nosotros creemos en la posibilidad de una buena intimidad todo el año” remarcó Gómez, quien se desempeña como Asesor Científico en el Boston Médical Group.

“Esta ´buena sexualidad´ no depende del clima ni tiene tanto que ver con la frecuencia de las relaciones, sino con el grado de satisfacción que cada persona es capaz de encontrar en su intimidad, agregó el especialista.

El valor del momento

La actividad sexual –y en el caso del varón, la función eréctil– depende de muchos y muy diversos factores. Independientemente de que se diga que el verano es “la” época, lo importante es el momento personal que la persona atraviesa. “Estar en el ámbito más sensual o excitante pero con una relación de pareja quebrada seguramente no dará buenos resultados”, ejemplificó el especialista.

La fantasía de las vacaciones puede jugar decididamente en contra si algún otro factor anda fallando: puede funcionar como una suerte de presión que disminuya la sensación de placer en el varón, disconforme porque piensa que su rendimiento “no es el que debería”.

Otra “trampa” capaz de boicotear una sexualidad satisfactoria en verano puede ser la idea de “querer tener durante las vacaciones todo el sexo que no se tuvo durante el año laborable, explicó Gomez. Pero no hay que olvidar que durante esos días se realizan diversas actividades como ir de excursión o salir a comer, por lo que se suele estar más cansado que de  costumbre. También es una época “donde los padres pasan más tiempo con sus hijos, por lo que no es siempre el mejor momento de tener relaciones”, agregó.

Volver con buena cara

Las expectativas no cumplidas generan frustración, y es eso lo que, según explicó el especialista, reflejan algunos pacientes cuando después del receso laboral concurren al consultorio sexológico.

“Para una persona con hipertensión, fumadora, con diabetes o problemas cardíacos –todas estas, causas reconocidas de disfunción eréctil–, que venía con una vida sexual aceptable, una situación como esta puede ser un empujón hacia el abismo”, señaló el médico.

“En verano, las mujeres y los hombres se visten con menos ropa, muestran más su cuerpo, y eso sin duda produce un estímulo visual mucho mayor que el que se genera en el invierno, pero en realidad  la época más propicia para el sexo depende de cada uno y es algo muy subjetivo”, concluyó Gömez.

Tips para recordar si quiere que el verano explote

• Tanto en verano como en invierno, el buen diálogo en la pareja siempre suele ser mejor predictor de buen sexo que la temperatura ambiente.

• Para que las vacaciones sean realmente intensas sexualmente hablando, es primordial elegir un sitio donde haya muy pocas otras cosas para hacer.

• El parámetro de una buena sexualidad es el grado subjetivo de satisfacción, y no la frecuencia ni la cantidad de relaciones: no hay una definición “científica” universal de lo que es “tener buen sexo”, válida para todas las personas.

• El hábito de fumar, la obesidad, el sedentarismo y el historial de enfermedades crónicas pueden afectar la función eréctil en el varón.

• Si hay dificultades para la erección, no pueden ser atribuidas al clima: es necesario concurrir pronto a un especialista para que diagnostique la causa, que puede ser una enfermedad de las antes mencionadas.

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