La decisión sobre cuándo destruir las últimas reservas existentes de virus vivo de la viruela se pospuso por tres años más, según se decidió el martes en el encuentro anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en un debate que lleva décadas.
El tema dividió profundamente a la Asamblea Anual de Salud en Ginebra. Irán encabezó la oposición al plan respaldado por EEUU y Rusia de posponer por cinco años la decisión de una fecha para la destrucción del virus. Esta nación oriental lidera la posición de países que argumentan que las reservas almacenadas deben destruirse ahora debido al riesgo de que caigan en las manos equivocadas.
EEUU consideró que aun se requieren más investigaciones sobre vacunas contra la enfermedad, erradicada hace más de 30 años.
«Hubo mucha discusión en torno al tema de la viruela», dijo Pierre Formenty de la OMS en una conferencia de prensa. «Dentro de tres años finalizaremos la discusión», añadió.
El funcionario señaló que hubo consenso en que las reservas del virus de la viruela debían ser destruidas, aunque la tarea de establecer una fecha se llevará a cabo dentro de tres años, en lugar de cinco como pretendían Rusia y Estados Unidos.
El debate sobre cuándo destruir estas reservas ya lleva 25 años y resurgió a fines de la semana pasada. Se prolongó durante la noche del lunes y se extendió al martes -último día de la reunión anual de la OMS-, era la última posibilidad de lograr un compromiso sobre el asunto.
EEUU y otros países que respaldan su posición también quieren garantías de que todas las reservas del virus efectivamente se hayan destruido o enviado a los dos reservorios oficiales: los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en Atlanta y el Centro de Investigación Estatal en Virología y Biotecnología en Koltsovo, Rusia.
Algunos países consideran que existe tecnología para desarrollar nuevas vacunas y antivirales sin la necesidad de usar el virus. Ambas posiciones coinciden en los temores a una guerra bacteriológica.