Parkinson: lanzan el estudio más grande del mundo

La organización “Parkinson UK” reclutará a más de 3 mil voluntarios. Buscarán entender cómo funciona la patología e identificar biomarcadores que anticipen su aparición. Todavía se desconocen las causas de este mal, que tampoco tiene cura. 

El estudio reclutará a más de 3 mil voluntarios con Parkinson.

El Reino Unido anunció que reclutará a más de 3.000 voluntarios que sufran Parkinson para  participar en el mayor ensayo clínico del mundo sobre esta enfermedad. La investigación es un nuevo intento por entender el funcionamiento de la patología, informó la organización benéfica «Parkinson UK».

Para participar en este ensayo, denominado «Tracking Parkinson» (Rastreo del Parkinson), los voluntarios deben haber recibido el diagnóstico en los últimos tres años y debían tener menos de 50 años en el momento en que se les confirmó la enfermedad, informó el principal investigador del estudio, Donald Grosset, profesor de la Universidad de Glasgow (Escocia).

La investigación cuenta con un presupuesto de 1,6 millones de libras  a cargo de «Parkinson UK», e incluirá también a los hermanos y hermanas de los voluntarios.

En ella participarán, durante cinco años, alrededor de veinticinco centros del Reino Unido, aunque la cifra podía aumentar en las próximas semanas hasta los cuarenta.

Su objetivo es «encontrar las razones que expliquen las diferentes formas en las que el Parkinson afecta a personas distintas y por qué la enfermedad avanza muy rápido en algunos pacientes mientras que en otros no», detalló Grosset.

Además de temblores, el Parkinson causa dolor muscular, cambios de humor, problemas en el habla y pérdida del olfato, y es la segunda dolencia neurodegenerativa más frecuente en mayores de 65 años después del Alzheimer. Su causa es todavía desconocida, por lo que tampoco se sabe cómo prevenirla ni cómo curarla.

Con este estudio, los investigadores esperan entender las claves de su evolución, con las que diseñar nuevos tratamientos cuyo objetivo último sea «frenar el progreso de la enfermedad y, finalmente, revertirla», añadió Grosset.

Para ello, intentarán identificar los biomarcadores del Parkinson -sustancias medibles que permiten, entre otras cosas, detectar los estados iniciales e intermedios de una enfermedad o identificar a los individuos sensibles de una población-, y que hasta ahora han resultado «muy escurridizos» para los investigadores.

«Las investigaciones pasadas no han abarcado a una muestra de pacientes suficientemente grande y porque es necesario monitorizar su evolución durante un período largo de tiempo», recalcó Grosset.

Estos biomarcadores ayudarían a su vez a desarrollar pruebas diagnósticas más sencillas, como análisis de sangre, para detectar la enfermedad en una fase más temprana.

En los últimos años, explica este investigador, los estudios han abarcado una muestra más amplia de pacientes, hasta unos pocos centenares, pero esta es la primera vez que se aspira a estudiar a 3.000 personas.

Según Grasset, encontrar una cura para el párkinson es como «construir un rompecabezas gigante», en el que aún faltan muchas piezas.

«Tristemente estamos muy lejos aún de encontrar una cura. Sólo cuando entendamos por qué la enfermedad progresa como lo hace, podremos avanzar en la búsqueda de una cura para el Parkinson», agregó el investigador. 

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