Por falta de donantes, dividieron un hígado en dos

Una mitad fue trasplantada a una adolescente en Santa Fe. La otra, a un niño de dos años en el Hospital Garrahan. Esta medida sólo puede ser empleada en pacientes de corta edad, que necesitan una porción más pequeña del organo vital. Preocupa la falta de voluntarios.

Un hígado donado por la familia de un joven de 17 años que murió el fin de semana pasado fue dividido en dos y permitió trasplantar a un nene de dos años y a una adolescente de 14, en la provincia de Santa Fe y en la ciudad de Buenos Aires. «Nos vemos obligados a tomar estas decisiones por la baja de donantes», dijo uno de los médicos del centro asistencial de Santa Fe donde se realizó la intervención de la joven.

Una de las mitades del órgano le devolvió la esperanza a Yanet, una chica santafecina que esperaba esta oportunidad desde hace dos años y estaba en situación crítica desde el verano pasado, según se señaló en una nota publicada hoy en el diario La Capital de Rosario. La adolescente, de acuerdo con lo señalado, había sido trasplantada a los dos años por una hepatitis fulminante y ahora necesitaba un retrasplante.

La intervención se realizó el lunes pasado en el Sanatorio de Niños de Santa Fe y fue sumamente compleja, de acuerdo con lo indicado por Daniel Beltramino, jefe de programa de trasplante de hígado del centro asistencial. La chica «presenta una evolución favorable», aunque permanece en terapia, detalló el especialista.

 

Alejandro Costaguta,  quien se encarga del seguimiento clínico de Yanet, enfatizó que la división de un órgano es una medida poco común que se toma cuando es necesario salvar la vida de una persona y no hay órganos disponibles.

 

«Nos vemos obligados a tomar estas decisiones por la baja de donantes. Esta jovencita esperó cuatro meses y tenía pocas posibilidades de que apareciera un órgano. El tiempo nos jugaba en contra, al punto que una tía ya había aceptado ser estudiada para realizar una donación en vida», señaló el profesional.

La otra mitad del hígado donado llegó al Hospital Garrahan y fue trasplantada a un niño de dos años que estaba primero en la lista de emergencias del Incucai.

 

Costaguta resaltó la actitud del equipo médico del hospital infantil en la Ciudad de Buenos Aires, que aceptó compartir el hígado: «Los médicos del paciente que está primero en lista de espera tienen la potestad de decidir si parten el órgano o no», dijo en ese sentido.

«Lo que tiene que quedar claro es que la donación de órganos es una opción de vida para mucha gente, en este caso, chicos, con todo el futuro por delante. Es tremendo que aún se sospeche de la venta de órganos y otra irregularidades», señaló el especialista.

La ablación del joven que murió el domingo pasado en el Heca (Hospital de Emergencias Clemente Alvarez) de Rosario fue múltiple (corazón, pulmones, riñones, páncreas e hígado) y permitió que un total de siete personas tuvieran la posibilidad de ser intervenidos.

Según los médicos, separar el hígado para permitir dos trasplantes es una alternativa que sólo puede ser utilizada cuando uno o ambos receptores tienen corta edad, ya que requieren una porción menor del órgano.

Sobre las características de una intervención de ese tipo, el jefe de programa de trasplante de hígado del Sanatorio de Niños señaló: «Si uno trasplanta un árbol completo es una cosa, pero si sólo te quedan las ramas -como sucede cuando hay medio hígado- hay que apelar a todos los conocimientos y recursos para que tenga éxito».

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