Unos 20 millones de drogadependientes en el mundo no pueden ser atendidos en los centros de salud, por lo que las Naciones Unidas reclamaron acceso universal para los que padecen esta enfermedad, al tiempo que aumenta el consumo de medicamentos bajo receta y anfetaminas.
La oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en su informe anual, advirtió que la quinta parte de los consumidores de drogas en el mundo, que comprende alrededor de 20 millones de personas, no accede a tratamiento alguno contra esta adicción por lo que relamó «acceso universal».
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Antonio Costa, director ejecutivo de la UNODC, resaltó que «la drogadependencia es una enfermedad que se trata y no una condena a cadena perpetua. Los toxicómanos deben ser enviados a centros de tratamiento y no a la cárcel», a la par que agregó que estos procesos de recuperación “deben formar parte del marco general de la atención de salud», para que se respeten los derechos humanos de los drogadependientes que están entre rejas.
El titular de la UNODC advitió que los países pobres «se ven confrontados a gravísimas consecuencias sanitarias al carecer de instalaciones para el tratamiento de los toxicómanos».
El Informe Mundial pone el acento en el aumento del consumo de estimulantes de tipo anfetamínico (ETA) y de medicamentos bajo receta debido a que se expanden «a un ritmo muy superior a las leyes que los reglamentan».
Este tipo de sustancias «tienen una comercialización altamente ingeniosa, ya que se fabrican por encargo de manera de satisfacer las preferencias concretas en cada situación», explicó Costa.
Entre 30 y 40 millones de personas en el mundo consumen ETA y medicamentos bajo receta y esa cifra «probablemente no tarde en superar el número total de consumidores de opiáceos y de cocaína», destaca el informe.
«No habremos resuelto el problema mundial de las drogas si simplemente trasladamos la adicción de la cocaína y de la heroína hacia otras sustancias adictivas», dijo Costa y aseguró que «existen cantidades ilimitadas de drogas sintéticas producidas por laboratorios de mafias producidas a un costo insignificante».
La expansión acelerada de la producción de estas drogas está asociada además a que las materias primas «son lícitas y fáciles de obtener» por lo que los fabricantes «comercializan rápidamente los nuevos productos (como la ketamina o las piperazinas) y explotan los nuevos mercados».
A manera de prueba, el informe menciona que «el número de laboratorios clandestinos de estimulantes de tipo anfetamínico aumentó un 20%, inclusive en países en donde nunca antes se había registrado su existencia».
En términos generales, el reporte asegura que «el consumo de drogas se estabilizó en el mundo desarrollado y se observan indicios de aumento en los países en desarrollo», mientras que existe «una tendencia de reorientación de consumo de nuevas drogas en mercados nuevos».
«La producción de opio, cocaína y heroína disminuyeron entre el 2007 y el 2009. El consumo de cocaína cayó en los Estados Unidos unas dos terceras partes y la violencia en México se debe a que los cárteles se disputan un mercado que se contrae», destacó Costa.
No obstante, aseguró que en forma paralela «creció la demanda de consumidores de cocaína en Europa, pasando de 2 millones en 1998 a 4,1 en el 2008.
El documento manifiesta que la marihuana sigue siendo al droga ilícita mas consumida en el mundo y se calcula que entre 130 y 190 millones de personas en el mundo la han fumado al menos una vez al año.
«La disminución que se ha notado de la adicción a esta droga en ciertos mercados como América del Norte y algunos países europeos es otro indicio de la reorientación de las pautas de consumo», expresó el titular de la UNODC.