Ante el comienzo de la estacionalidad de la meningitis bacteriana, de alto índice de contagio y mortalidad, los especialistas alertaron sobre la necesidad de tomar recaudos para evitar su propagación contra los agentes bacterianos más frecuentes: meningococo y neumococo. En ese sentido, el Comité Científico de Vacunar sostuvo que la vacunación es la forma de prevención más probada y recomendada.
Se trata de una enfermedad que se contagia de persona a persona por contacto directo con secreciones respiratorias o saliva, por lo que la higiene de manos y la limpieza de objetos disminuyen la transmisión, siendo la vacunación el método preventivo.
El calendario oficial de inmunizaciones incluye vacunas que previenen algunas causas de meningitis, pero la inoculación contra el meningococo sólo se aplica con cobertura estatal en niños con riesgo aumentado de adquirir la enfermedad, en forma privada o con cobertura parcial de algunas obras sociales y prepagas.
La enfermedad meningocócica es un grave problema de salud pública en el mundo y una de las diez afecciones principales del ser humano. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta patología provoca unos 500 mil casos y unas 50 mil muertes al año.
La mortalidad por meningitis en el mundo es del 10%, en tanto que el 15% de las personas sufre secuelas del tipo sensorial, donde la sordera es la más frecuente. También se pueden presentar trastornos motores y déficit intelectual.
La meningitis es una enfermedad causada por la inflamación de las membranas (meninges) que rodean el cerebro y la médula espinal. Puede ser causada por distintos microorganismos como bacterias, virus, hongos y parásitos. La Neisseria meningitidis (meningococo) afecta principalmente a niños entre dos meses y un año, causando enfermedades graves como meningitis y septicemia.
En cuanto a los síntomas característicos, la enfermedad se caracteriza por tener inicio repentino de dolor de cabeza, fiebre y rigidez en el cuello, a veces acompañados por náuseas, vómitos, fotofobia y/o alteración del estado mental.
En los lactantes y niños menores de un año, la enfermedad puede manifestarse con síntomas inespecíficos, tales como cambio de conducta, alimentación, irritabilidad y fiebre.
Como es una afección potencialmente mortal que requiere de atención médica inmediata, es clave la prevención para impedir su contagio.
Con respecto a las recomendaciones preventivas, especialistas sugieren:
• Vacunación antimeningocóccica a menores partir de los dos meses de vida
• Amamantar como mínimo durante los primeros seis meses.
• Cuidar la limpieza e higiene personal y ambiental y la adecuada ventilación de los ambientes
• Evitar compartir vasos, utensilios de comida, chupetes con otros niños.