Un trasplante de lóbulo izquierdo de hijo a madre se realizó por primera vez en el país en un hospital público bonaerense. Para la intervención conjunta, que duró más de nueve horas y requirió 14 profesionales, se usaron dos quirófanos de manera conjunta.
Cuando Fernando, de 32 años, supo que la única posibilidad para su mamá Eva, de 52, era un trasplante de hígado de un donante vivo, no lo dudó. Hace una semana el joven sometió a una cirugía riesgosa en la cual le extirparon exactamente 515 gramos del órgano y se lo trasplantaron a la mujer.
La intervención se realizó en el Centro Regional de Ablación e Implante (CRAI Norte) del ministerio de Salud provincial, que funciona en el hospital Eva Perón de San Martín.
Fue la primera vez en el país en la que se usó el lóbulo izquierdo del órgano, ya que lo usual es sacar el derecho, porque resulta más sencillo para los cirujanos.
El hígado está divido en dos lóbulos, el derecho comprende el 60% de ese órgano y el izquierdo el 40%. “Al sacar el izquierdo le dejamos al donante más tejido hepático para que tenga menos riesgo de complicaciones”, explicó Adrián Tarditti, presidente del Cucaiba.
El miércoles pasado madre e hijo se sometieron a este desafío: la cirugía simultánea que le permitió a ella seguir viviendo y a él darle vida. Los dos aún están internados, en excelente estado, en el hospital Eva Perón de San Martín, donde funciona el CRAI Norte.
En el caso de Eva el trasplante fue necesario porque sufría una ascitis refractaria generada por cirrosis hepática, una enfermedad crónica terminal que iba a acabar con su vida en poco tiempo.
El jefe del CRAI Norte, Lorenzo Toselli, explicó que “el estado de gravedad de su enfermedad no permitía esperar un donante cadavérico”. Entonces se decidió, junto a la familia, realizar el implante de lóbulo izquierdo con uno de sus hijos.
Fue la primera vez que el equipo del CRAI Norte llevó a cabo esta intervención extirpando el lóbulo izquierdo, que en países como Japón o Corea se comenzaron a realizar hace cinco años. “Lo novedoso es que con esta técnica el donante corre mucho menos riesgo y la recuperación es más rápida”, afirmó Toselli. No obstante, estos beneficios vuelven a la intervención bastante más compleja para los profesionales.
“Nosotros somos tres hermanos y los tres estábamos dispuestos a ser donantes, pero los estudios dieron que yo era el más apto para hacerlo”, contó Fernando desde su cama de internación. El joven está casado, es cerrajero de bancos y cajas fuertes y hace un mes tuvo un accidente en moto en el que se rompió cuatro huesos del pie derecho, por lo que tuvo que operarse con la pierna enyesada.
“Mucha decisión no había que tomar, no teníamos tiempo, y esto es darle vida a tu mamá, doy gracias por poder hacerlo”, relató el joven.
La familia, que prefirió no dar a conocer su apellido, vive en Lanús y no cuenta con obra social. El costo de la intervención fue asumido completamente por la Provincia de Buenos Aires y se estima que en el ámbito privado supera los 250 mil pesos.
Antes de la intervención cada semana era sometida a un tratamiento que le quitaba los 11 litros de agua que retenía e su organismo porque su hígado no funcionaba. “No hubiera podido soportar mucho más”, concluyó Toselli.
El ministro de Salud bonaerense, Alejandro Collia, declaró que “cuando un hijo realiza un acto de solidaridad tan grande, cuando pone su cuerpo de esta manera, tomamos mayor conciencia de que la donación es un acto de amor enorme y ejemplar”.
“En lo que va del año, ocho pacientes bonaerenses recibieron un trasplante de hígado de donante vivo”. Y, en total, se realizaron 65 trasplantes de hígado completo en lo que va de 2012, según destacó.