La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluirá el trastorno por videojuegos como una patología mental cuando publique el año próximo la nueva edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades.
«Los profesionales de la salud deben reconocer que los trastornos del juego pueden tener consecuencias graves para la salud», aseguró Vladimir Poznyak, responsable del departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS, en declaraciones a la revista New Scientist.
La publicación adelantó que el trastorno será incluido por primera vez en la Clasificación Internacional de Enfermedades, un manual de diagnóstico ampliamente utilizado que se actualizó por última vez en 1990, y la última versión, llamada ICD-11, se publicará en 2018.
La redacción para el ICD-11 aún no está terminada, pero el borrador actualmente enumera una variedad de criterios que los médicos podrían utilizar para determinar si el juego online de una persona se ha convertido en una condición de salud grave.
De acuerdo con los primeros criterios acordados por los profesionales de la OMS, alguien convive con el trastorno «si no controla la conducta de juego en cuanto al inicio, frecuencia, intensidad, duración, finalización y contexto en que se juega».
También si hay «un aumento de la prioridad que se otorga a los juegos frente a otros intereses vitales y actividades diarias», y si esa conducta se mantiene y escala.
El trastorno se refiere al uso de juegos digitales o videojuegos, que se puedan utilizar mediante conexión a Internet o sin ella.
«El comportamiento del juego y otras características son normalmente evidentes durante un período de al menos 12 meses para que se asigne un diagnóstico, aunque la duración requerida puede acortarse si se cumplen todos los requisitos de diagnóstico y los síntomas son graves», señaló Poznyak.