Sexo: alertan que ver porno «mata» al orgasmo real

La dopamina tendría un rol clave en este efecto. Al ser las escenas hiperestimulantes, el cerebro acude a las filmaciones antes que a una pareja física para buscar placer.

¿Puede el porno arruinar la pareja? (Foto: Pexels)

¿Puede la pornografía perjudicar a tu pareja, al punto de repercutir en la calidad de los orgasmos? Si bien la ciencia apenas comienza a revelar las repercusiones neurológicas del consumo de estos materiales, “está claro que la salud mental y la vida sexual de sus espectadores están sufriendo efectos catastróficos: de la depresión a la disfunción eréctil”. Así advierte Rachel Anne Barr, investigadora de la Universidad Laval en Canadá, quien posee un laboratorio que estudia el cableado neuronal, la base de los procesos de aprendizaje y memoria.

 

En un artículo para la revista The Conversation, que cita el sitio web Sputnik News, la investigadora sostiene que los videos pornográficos serían un detonante poderoso para la plasticidad, la capacidad del cerebro de cambiar y adaptarse como resultado de la experiencia. Y que, a largo plazo, las filmaciones condicionadas pueden “causar disfunciones sexuales, especialmente la incapacidad de lograr la erección o el orgasmo con una pareja real”, señala Barr.

“La calidad matrimonial y el compromiso con la pareja también parecerían estar afectados”, agrega, luego de referenciar diversos estudios. ¿Por qué? Porque el cerebro responde a la estimulación sexual con la elaboración de dopamina. Este neurotransmisor, asociado con el sistema de recompensas y el placer, también está vinculado con los recuerdos y la información en el cerebro. Esto significa que cuando el cuerpo exige algo, como comida o sexo, el cerebro recuerda dónde volver para experimentar el mismo placer. «En lugar de recurrir a una pareja romántica para la satisfacción sexual, los usuarios de pornografía instintivamente se dirigen a sus teléfonos y laptops cuando el deseo los viene llamando», advierte Barr.

Y refuerza su idea al sostener que “las escenas pornográficas, al igual que las sustancias adictivas, son hiperestimulantes y llevan a niveles anormalmente altos de secreción de dopamina”. Como consecuencia “se puede dañar el sistema de recompensa de la dopamina y dejarla sin respuesta a las fuentes naturales de placer, por lo que los usuarios comienzan a experimentar dificultades para lograr la excitación con una pareja física».

No es la primera vez que estudios relacionan la adicción a la pornografía con disfunciones sexuales. En 2018 investigadores de la Universidad de Brno, revelaron que el gusto excesivo por estos materiales influye de manera negativa sobre la potencia sexual masculina. Mientras que en 2016, un trabajo del instituto Max Planck reveló que existe una relación entre ver pornografía y la reducción en el tamaño del cerebro.

 

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