La osteoporosis es un mal que comúnmente se asocia con la etapa de la menopausia por la pérdida de estrógenos. Sin embargo, existen otros factores de riesgo que pueden producirla en mujeres jóvenes, como las irregularidades crónicas en los ciclos menstruales, desórdenes alimentarios como la anorexia nerviosa, medicamentos como los corticoides y pérdida excesiva de calcio por orina (litiasis renal). Los tres pilares para prevenirla son una ingesta adecuada (IA) de calcio, hacer ejercicio de forma regular y recibir vitamina D para la absorción del mineral, que se obtiene fácilmente con 15 minutos de sol por día en horas permitidas o con suplementos vitamínicos.
Especialistas de la International Osteoporosis Foundation (IOF) indicaron que con 1000 mg diarios del mineral se llega a la llamada ingesta adecuada y esta cantidad debe mantenerse desde los 19 años hasta la menopausia. “Alcanzar este nivel mediante la alimentación no es difícil, ya que se obtiene con un trozo de queso fresco, un yogur fortificado y leche para cortar las infusiones”, sostuvo la licenciada Laura Gear, nutricionista del Instituto de Investigaciones Metabólicas (IDIM). Sin embargo, la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNYS) de 2007 reveló que el 94,3% de las mujeres argentinas de 10 a 49 años no llegan a estos niveles y consumen en promedio sólo 367 mg.
“Debemos crear el hábito de consumir calcio, ya que no es un remedio sino un nutriente que se obtiene a través de alimentos y suplementos. Tampoco hay que preocuparse por el exceso, ya que la ingesta de más se elimina por orina”, destacó el Dr. José Zanchetta, director científico de la IOF para América Latina, luego de explicar que no sólo el mineral es primordial para el soporte mecánico de huesos y dientes, sino también para el crecimiento, desarrollo y la reproducción, la contracción y relajación muscular, la coagulación de la sangre, la transmisión de impulsos nerviosos, la activación de reacciones enzimáticas, la secreción de hormonas y la actividad celular.
Luego de definir a la reducción de la masa ósea como un factor de riesgo, a la osteoporosis como la enfermedad padecida y a las fracturas como las expresiones clínicas de este mal, el especialista reveló que “se observan fracturas por causas no traumáticas en chicas jóvenes, embarazadas y en madres que amamantan” que podrían ser consecuencia de “una ingesta insuficiente del mineral”.
Además de las roturas de muñeca o de cadera, el experto revela que se encuentran con fracturas vertebrales en jóvenes muy delgadas con bajo índice de masa corporal que quedan embarazadas, y que a partir de los 30, el daño es irrecuperable. “Al mes de amamantar a su hijo, estas mujeres sienten un ‘crack’ en la espalda, un dolor muy fuerte que después desaparece y deriva en encorvamiento. Esta es la principal característica de este daño”, detalló la Dra. María Belén Zanchetta, coordinadora médica asistente del IDIM.
El cómo, el cuánto y el cuándo de una ingesta adecuada
Según afirmó Gear, la manera ideal de consumir calcio es hacerlo diariamente, de manera fraccionada a lo largo de toda la jornada para una mejor absorción. También aclaró que es mejor consumir los quesos frescos en meriendas o colaciones y no derretidos con la comida, ya que esta modalidad podría impedir la absorción del hierro.
Por su parte, la Dra. Zanchetta afirmó que si bien la población general de a partir de 19 años debe consumir 1000 mg diarios, en el caso de las embarazadas y las madres que amamantan, la cantidad debe aumentar a 1300 mg. “Durante el período de gestación es imprescindible para que la madre le pase el calcio al bebé, pero lo es aún más en la lactancia, porque para la producción de la leche materna diaria se necesitan 250 mg del mineral, una cantidad considerable”, destacó.
Llegar a este nivel de consumo va a garantizar que la madre no tenga problemas en sus huesos, ya que una de las funciones de la leche materna es también mineralizar el esqueleto del recién nacido. Por eso, la experta destaca que “amamantar es una decisión inteligente, pero para hacerlo, la mujer debe asegurarse de estar correctamente nutrida”.
El alcohol, la anorexia y las dietas, un peligro para los jóvenes
La anorexia nerviosa, según el Dr. Zanchetta, es uno de los trastornos que “roba” hueso a los jóvenes. “Si la mujer no come, va a perder su ciclo menstrual y una buena cantidad de estrógenos, que son considerados los guardianes del esqueleto”, declaró el especialista, pero luego dijo que con simples acciones, es fácil revertir la tendencia en la juventud.
Por su parte, Gear advirtió que “existen dietas de moda, como las hiperproteicas, que atentan contra la salud de los huesos, ya que aumentan la eliminación de calcio”. Por eso recomendó que el proceso de pérdida de peso se haga de la mano de un profesional y para aquellas personas interesadas en cuidar la línea, los productos lácteos descremados aportan tanto o más calcio que los enteros.
Por otra parte, el Dr. Zanchetta agregó que el alcohol “es un tóxico que afecta directamente al hueso” y que el problema de la ingesta en los jóvenes despertó el interés de diversos estudios europeos que se encuentran en etapa inicial. Los trabajos controlaron a bebedoras ocasionales de entre 20 y 25 años, y, según declaró el médico “aquellas que empezaron con el ‘preboliche´ a los 14, tenían un 10% menos de masa ósea de la correspondiente”, concluyó.
