Después de los 65 años de edad, la tasa de enfermedad por streptococcus pneumoniae (conocida como neumococo) aumenta significativamente: además de la alta incidencia de la neumonía, el índice de casos fatales de bacterimia es del 20% pero puede aumentar hasta el 60% y la incidencia global de muertes por meningitis es del 30%, pero puede alcanzar hasta el 80%. Es frente a este escenario y teniendo en cuenta la exitosa campaña nacional de vacunación antigripal del año pasado, que PAMI ha lanzado la 1ª Campaña Nacional de Vacunación Antineumocóccica.
Durante el encuentro estuvieron presentes el Dr. Daniel Stamboulian, Presidente de la Fundación del Centro de Estudios Infectológicos (FUNCEI) y FIDEC; el Dr. Luciano Di Césare, Director Ejecutivo del Pami; el Dr. Roberto Armagno, Director de Prestaciones Médicas PAMI y la Dra. Hebe Vázquez, miembro FUNCEI y FIDEC.
Las afecciones que genera el neumococo son una de las principales causas de morbimortalidad en adultos de todo el mundo y el responsable del 30 al 50% de los casos de hospitalización por neumonía en ese grupo. Según la OMS, cada año se producen alrededor de 1,6 millones de casos de enfermedad neumococcica mortales a nivel global, la mayoría en personas de edad avanzada.
En ese sentido, los expertos coincidieron que la vacunación contra la bacteria podría reducir un 59% las muertes por neumonía en pacientes mayores de 65 años.
El 40% de las neumonías por neumococo que se complican pueden terminar en muerte. Si bien los contagios pueden darse en cualquier época del año, durante el período invernal aumenta considerablemente su incidencia de la mano del virus de la gripe, ya que éste facilita la penetración del neumococo al organismo. Durante la pandemia de gripe A en 2009 por ejemplo, el 30% de muertes por neumonía fueron a causa de la bacteria.
Grupos de riesgo
En Argentina el 89% de los afectados por enfermedades neumocóccicas invasivas (ENI) son pacientes vulnerables. Los grupos más expuestos a contraerlas son las personas con asplenia funcional o anatómica; enfermedades crónicas de corazón, pulmón, hígado o riñón; diabetes mellitus; alcoholismo; fugas de líquido cefalorraquídeo; inmunodeficiencias congénitas o adquiridas (incluida la infección por el VIH), o neoplasias hematológicas o generalizadas; así como las tratadas con inmunosupresores (entre ellos, los corticoides por vía general), y las receptoras de un trasplante de órgano o de células hematopoyéticas, o portadoras de implantes cocleares. En algunos grupos con factores predisponentes la tasa de letalidad puede superar el 50%, incluso administrando un tratamiento adecuado.
El agente patógeno
Se han identificado 91 serotipos de S. neumoniae , pero a escala mundial unos 20 subtipos son los responsables de más del 70% de las NI en todos los grupos de edad. Los neumococos se transmiten directamente de persona a persona por contacto directo con las secreciones respiratorias. Sin embargo, la propagación directa a los senos o al oído medio, o la invasión del torrente sanguíneo, puede causar la aparición de la enfermedad en personas vulnerables.
La importancia de la vacunación antineumocócica
Esta es la medida más efectiva para prevenir las infecciones neumocóccicas globales entre un 56% y 81%. Se ha demostrado una reducción del 84% de infecciones neumocóccias graves en personas con enfermedades crónicas y se ha logrado reducir un 59% de muertes por neumonía en pacientes mayores de 65 años.
La inmunización puede administrarse al mismo tiempo que la vacuna antigripal inyectándola aparte en el otro brazo. El suministro simultáneo no aumenta los efectos adversos ni reduce la respuesta humoral a una u otra vacuna.