El Gobierno norteamericano cree en la posibilidad «histórica» de una «generación sin sida» en el mundo, objetivo que convertirá en una prioridad, prometió la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton.
«Es un objetivo ambicioso, no soy la primera en plantearlo. Pero que nazca una generación sin sida nunca fue una prioridad política en EEUU hasta hoy, porque el objetivo parecía inimaginable hace algunos años», afirmó Clinton en un discurso en la sede de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) ubicado en Bethesda, en la periferia de Washington.
Una «generación sin sida», dijo, implicaría que ningún niño naciera con el virus, que el riesgo de infección en la adolescencia y la edad adulta bajara fuertemente gracias a un nuevo enfoque de la prevención, y que en caso de infectarse, el paciente tuviera acceso generalizado al tratamiento para limitar el contagio de terceros.
La estrategia del gobierno de Barack Obama consiste en combinar los tres medios de prevención considerados «más eficaces»: acabar con la transmisión madre a hijo, multiplicar las circuncisiones médicas voluntarias, e incrementar el número de tratamientos disponibles.
Según los numerosos datos citados el martes por la jefa de la diplomacia estadounidense, el riesgo de transmisión del VIH de una mujer a un hombre baja en un 60% en el caso de los varones circuncisos.
La jefa de la diplomacia estadounidense recordó que el número de nuevas infecciones cada año sobrepasa al de las personas que reciben tratamiento. Según Hillary Clinton, «desarrollar la prevención combinada a niveles realistas» en los países donde el VIH está más extendido reduciría entre un «40% a un 60% la tasa de nuevos contagios a escala mundial». La tasa de nuevas infecciones ya disminuyó un cuarto en el último decenio.
Unos 33 millones de personas vivían con VIH en el mundo en 2009, según los datos divulgados en julio en una conferencia internacional en Roma.