La biotecnología llegó para quedarse y logró que una cantidad considerable de industrias dejaran de existir tal como las conocíamos. Es el caso de la farmacéutica, que tiene una rama  “biofarmacéutica” (llamada pharmabiotech,) que abarca la elaboración de tratamientos para diversas afecciones basadas en anticuerpos monoclonales y aspira a diseñar, en un futuro, drogas a medida. También está la industria biotecnológica per sé y la de los alimentos, hoy modificados para resolver los problemas de la cantidad producida y la adición de propiedades.

Las nuevas especialidades demandan nuevos profesionales que no solo deben adquirir conocimientos actualizados, sino que además requieren estar familiarizados con protocolos y maquinaria de avanzada. La última de estas dos competencias solía adquirirse por fuera de las carreras de grado, ya sea a través de pasantías o si se elige el camino de la investigación.

Pero hoy existen opciones educativas que reproducen estos complejos espacios y ponen en contacto al alumno con equipos de primera línea. Así sucede con la última apuesta de la UADE, que no sólo incorporó en 2005 la carrera de Biotecnología y unos años más tarde la de Bioinformática, sino que también invirtió en laboratorios especialmente diseñados para que un curso entero pueda recrear ambientes reales de trabajo y aprovechar al máximo los procesos de aprendizaje.

“Desde 2000 UADE apostó a un cambio fuerte. Si bien la universidad tuvo y conserva una tradición en Administración y Economía, en ese año se empezó a trabajar en otras áreas. Tecnología es un sector fuerte que la institución ha sabido priorizar”, indicó el doctor Ricardo Orosco, vicerrector académico de la UADE. Indicó que el trabajo realizado se ve reflejado en los UADE Labs, laboratorios equipados para distintas disciplinas, todos ubicados en un edificio integral.

El diseño del espacio de Biotecnología estuvo a cargo del Dr. Federico Prada, director de la Licenciatura en Bioinformática de la UADE e investigador. De amplias dimensiones, cuenta con espacios de trabajo para más de 30 alumnos, además de equipos de primer nivel.

“La particularidad que tiene este laboratorio es que cuenta con equipos similares a los que posee un investigador en un instituto de avanzada, y esto es claramente un diferencial. Un egresado que estudió en este espacio ya esta listo para ingresar a un laboratorio especializado”, sostuvo Prada.

El docente e investigador también destacó como se sigue un protocolo desde la misma institución educativa “Ingresar a este espacio es como entrar a un quirófano, ya que los estudiantes deben cambiarse, ponerse camisolines, barbijos y botas antes de trabajar con las células”, explicó.

A su vez, el diseño arquitectónico tiene particularidades como zócalos hospitalarios redondeados, para que no se acumule polvo, además de sistemas de cámaras y proyectores para que los estudiantes puedan observar en simultáneo procedimientos que se realizan en otras aulas. También cuenta con aparatos como, microscopio de fluorescencia invertido, cicladoras o pecerras, que sirven para amplificar ADN; un tanque de nitrógeno líquido, que conserva a células a –170°C; además de un fly room o cuarto de moscas, donde se cría esta especie genéticamente modificada para hacer experimentos de genética clásica, entre otros.

Novedosas opciones en la Ciudad

En Capital Federal, sólo dos instituciones ofrecen la opción de estudiar Biotecnología como carrera de grado, mientras que en las universidades públicas de la Ciudad y el Gran Buenos Aires la especialidad se ofrece a modo de maestría u orientación.

Sin embargo, la UADE es la única opción  en Buenos Aires si se opta por Bioinformática, una especialidad que a nivel mundial tiene apenas 15 años. Según explicó Prada “esta es una disciplina muy innovadora que trata de utilizar el potencial del cálculo y las herramientas de computación para resolver problemas muy complejos de la biología, como por ejemplo, secuenciar genomas”.

En esta carrera, que siempre se relaciona con el manejo de datos, “el profesional es como un malabarista de información  que tiene que saber mucho de biología molecular, además de informática y estadística”, comparó.  

En Latinoamérica, según expresó Prada, solo hay entre cuatro y cinco instituciones que dictan Bioinformática y en el país, además de UADE, sólo la ofrece la Universidad de Entre Ríos, que en la actualidad cuenta con sus primeros graduados.

Miras hacia la investigación

Desde la universidad, tanto Prada como Orosco enfatizan en que el principal objetivo de la creación de los UADE Labs es la docencia. Sin embargo, estos espacios también están equipados para otra apuesta fuerte: la investigación. 

“Los laboratorios son muy nuevos y ahora estamos buscando destinar la mitad de ellos a proyectos de investigación, para lo que estamos reclutando recurso humano”, aseguró Ororsco.

En estrecha relación con la salud estuvieron los proyectos supervisados por el Dr. Axel Larreteguy, director del Instituto de Tecnología de UADE, quien apuesta a trabajos de modelo y simulación.

Estas investigaciones fueron aplicadas en grupos que estudiaban la hemodinamia (el movimiento de la sangre en el cuerpo), junto con un equipo de la Fundación Favaloro. Hoy, se usan para simular la cocción industrial de comestibles, como por ejemplo, el peceto.

 “Buscamos tener el alimento pasteurizado, pero con las mejores propiedades de sabor. Para tal fin, tenemos que estudiar como calentarlo y eso se hace por computadora”, explicó Larreteguy. Y agregó que, por otra parte, están analizando las propiedades antioxidantes de residuos alimentarios para adicionarlas a otros alimentos.

A través de concursos, convenios con el CONICET para financiar becarios en investigación en forma conjunta y la incorporación de profesionales de disciplinas muy distintas a las relacionadas con la administración y la economía, la universidad se renueva y completa, con miras a satisfacer la demanda laboral del presente y del futuro.