Menos sal en los productos industriales: un bien sin sacrificios

Por el Dr. Daniel Piskorz*.- El acuerdo para la reducción de sodio en productos procesados protegerá a la gente sin que se de cuenta, ya que no tendrá que hacer ningún esfuerzo. Así se reducirán los eventos cardiovasculares causados por la hipertensión arterial.

El acuerdo para la reducción del contenido de sal de entre un 5 y un 8% en varios alimentos preelaborados, celebrado entre el Ministerio de Salud de la Nación,  junto con el de Agricultura, Ganadería y Pesca, la Coordinadora de Industrias de Productos Alimenticios  (COPAL) y varias otras entidades, es trascendental para la salud pública.

La frecuencia de la hipertensión arterial en la población se mantiene estable a través del tiempo, y por lo tanto, medidas como este convenio, en el que la industria manufacturera se compromete de forma espontánea a disminuir el contenido de sodio, de conservantes y demás, va a reducir significativamente estos niveles.

Gracias a este tipo de medidas, se van a reducir significativamente en diez o veinte años la incidencia de eventos cardiovasculares, tales como la muerte por infartos de miocardio, ataques cerebrales y otras, por lo que felicito por el acuerdo al Ministerio de Salud y a los ideólogos de este proyecto.

Las dos principales fuentes de exceso de sal en la alimentación son los alimentos con conservantes y el agregado de sal en la cocción y en el plato al comer. Desde la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA), entidad que presido, intentamos durante años que la gente reduzca el consumo de sodio en la cocción y en la mesa, y no hemos sido muy exitosos.

Pero también perseguimos el convenio que ayer se firmó, en el que se ataca la otra pata del problema, que es la de los alimentos preelaborados.  Estimamos que esta va a ser una medida mucho más exitosa, porque si la gente encuentra menos sodio en los alimentos que compra, se va a ver beneficiada sin darse cuenta, y sin someterse a ningún esfuerzo ni sacrificio.

Las estadísticas internacionales que indican que por cada 3 mm de mercurio que se reduzca la presión máxima o sistólica en la población, y por cada mm de mercurio que se reduzca la presión diastólica o mínima se va a lograr una reducción del 30% de los ataques cerebrales, y de entre un 10 y un 15% de los infartos de miocardio.

Pero hay que seguir en la lucha contra la hipertensión, más allá de este éxito, ya que las medidas de salud pública posibles no se agotan, y queda mucho por trabajar en la prevención de las enfermedades cardiovasculares.

*El doctor Daniel Piskorz es presidente de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial, una de las principales entidades participantes del convenio.

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