Investigadores de la Facultad de Medicina de la Case Western Reserve University, de EEUU, descubrieron que un fármaco autorizado para el tratamiento del cáncer desde hace 10 años, revirtió en ratones los déficit patológicos, cognitivos y de memoria que causan el Alzheimer. El hallazgo fue publicado en la revista Science y de acuerdo a lo que reproduce la agencia Europa Press, consiste en el empleo de la droga bexaroteno que no se creó para trastornos neurodegenerativo.
El Alzheimer se origina en muchos casos cuando el organismo se muestra incapaz de eliminar del cerebro una proteína beta amiloide, producida de forma natural. En 2008, Gary Landreth, neurocientífico de la Case Western, descubrió que el principal portador de colesterol en el cerebro, la apolipoproteína E (ApoE), facilitaba la liquidación de estas proteínas.
Por eso, debido a que el bexaroteno actúa estimulando los receptores retinoides X encargados de controlar la producción de la ApoE, Landreth y su equipo probaron el fármaco para aumentar los niveles de esa proteína en el cerebro y reducir las placas beta amiloides.
El estudio se realizó en ratones y lo sorprendente, según los autores de la investigación, fue la «rapidez» con la que el bexaroteno mejoró el déficit de memoria y de comportamiento, consiguiendo revertir la propia enfermedad. De hecho, seis horas después de la administración del fármaco, los niveles de beta amiloide se redujeron en un 25% y el efecto duró hasta tres días.
Un ejemplo de la mejora conductual conseguida sería la optimización del instinto de anidamiento, típico de los roedores utilizados en el estudio.
Cuando los ratones enfermos de Alzheimer encontraban el material adecuado para la anidación no hacían nada para crear un espacio para anidar, lo que muestra que habían perdido ese instinto. Sin embargo, 72 horas después de iniciar el tratamiento con bexaroteno, los ratones comenzaron a utilizar un papel para hacer los nidos.
Asimismo, el uso de este fármaco mejoró la capacidad de los ratones para detectar y responder a los olores. El tratamiento de bexaroteno también mostró una rápida respuesta para estimular la eliminación de las placas amiloides del cerebro.