Administrar diacetilmorfina (el principio activo de la heroína) a aquellas personas con adicción a la heroína que no responden a otros tratamientos para combatir su adicción fue una opción eficaz y también, a largo plazo, más barata que la popular terapia con metadona. La conclusión se desprende de un estudio canadiense que además resalta otras ventajas del componente: genera menos recaídas, reduce las actividades delictivas y disminuye los gastos sanitarios.
Para que un tratamiento médico sea aprobado por las autoridades sanitarias debe demostrar su eficiencia y seguridad en un ensayo clínico. Además, si es más económico que otra opción con el mismo fin, los gobiernos lo elegirán.
La heroína prescrita por un médico cumple estos requisitos y varios estudios realizados en diferentes países como Holanda, Inglaterra, Alemania y Suiza ya venían demostrando que ésta es la mejor solución para entre el 15 y el 25% de los adictos que fracasan en su intento de superar su dependencia con otros abordajes.
Según este último trabajo, publicado en la revista Canadian Medical Association Journal, los pacientes que recibieron diacetilmorfina (115 personas) ganaron 7,92 años, ajustados por calidad de vida, y generaron un gasto social de 1,10 millones de dólares (unos 836.000 euros) frente a los 7,42 años y los 1,14 millones de dólares (unos 867.000 euros) del grupo de la metadona (formado por 111 personas).
El doctor Martin Schechter, coautor de la investigación y profesor de Salud Pública y Poblacional en la University British Columbia, «la pregunta que me hace la mayoría es si podemos permitirnos el aumento del coste directo del tratamiento con heroína, ya que su precio es por lo menos 10 veces superior al de la metadona. Lo que este estudio muestra es que la pregunta más apropiada es si podemos no permitírnoslo», agregó.