Invertir en la lucha contra el paludismo es salvar vidas

Se trata de uno de los mayores problemas de salud pública a nivel mundial. Según la OMS, aunque se lograron avances, no se llegó a los objetivos propuestos. El futuro mapa mundial de la enfermedad dependerá de las inversiones para el desarrollo de mayores recursos.   

Desde el año 2000, los casos de malaria o paludismo en todo el mundo disminuyeron en un 17% y el número de muertes provocadas por esta enfermedad se redujo en un 26%. Aun cuando representan un logro muy importante, estos porcentajes son inferiores a los objetivos acordados internacionalmente para el 2010 que estimaron una reducción del 50%.

Se calcula que en 2010 se produjeron 216 millones de casos de paludismo, de los cuales aproximadamente el 80%  se registraron en África, y 655 mil muertes por esta enfermedad, de las que el 86% correspondió a niños menores de 5 años de edad. 

A la luz de los avances conseguidos en 2010, en junio 2011 se actualizaron los objetivos de la Alianza para Hacer Retroceder el Paludismo (Roll Back Malaria). Las nuevas metas previstas para el 2015 incluyen: reducir el índice mundial de mortalidad del paludismo a casi cero; disminuir los casos de la enfermedad en un 75% respecto a los datos del año 2000, y eliminar el paludismo en 10 nuevos países desde 2008, incluida la región europea de la OMS.

Estos objetivos se alcanzarán mediante el acceso universal a las medidas preventivas, a las técnicas rápidas de diagnóstico, al tratamiento apropiado y derivación al servicio sanitario adecuado, y mediante una mayor celeridad en el desarrollo de los sistemas de vigilancia. Pero solo se lograrán si se mantienen las inversiones y las donaciones que sostienen los programas de control de la enfermedad y las investigaciones. 

La mayoría de casos de malaria está causada por cuatro especies del parásito Plasmodium (falciparum, vivax, ovale y  malariae). De todos ellos, el falciparum es el responsable de mayor número de muertes. Es trasmitido al hombre por la picadura de un mosquito hembra infectado del género Anópheles. Los principales síntomas que provoca la enfermedad son  fiebre, dolor articular y de cabeza, vómitos repetidos y, en casos severos, convulsiones y coma. Si no se trata a tiempo, puede causar la muerte.

La protección mediante redes mosquiteras tratadas con insecticida de acción prolongada y la fumigación intradomiciliaria con insecticidas residuales siguen siendo las principales intervenciones para reducir e interrumpir la transmisión del paludismo a través del control del vector. El uso de redes mosquiteras aumentó significativamente en los países de África subsahariana, no obstante en 2011 solamente el  50% de los hogares tenían una red propia y en cuanto a la fumigación de la casa apenas un 11% de la población de riesgo estaba protegida.

El acceso a estas medidas de protección debe ser garantizado de manera universal y una forma de optimizarlo es a través de la fabricación de redes mosquiteras con una vida útil de 5 años en lugar de tres como las actuales. Un problema serio es la resistencia a los piretroides dado que son el único tipo de insecticidas que se utiliza para tratar las redes mosquiteras. En respuesta a dicha amenaza la OMS trabaja junto con otras organizaciones para desarrollar un plan mundial de gestión de la resistencia a los insecticidas en vectores de paludismo que será lanzada durante este año.

El diagnóstico de malaria se realiza a través de la detección del parásito o mediante pruebas de diagnóstico rápido. Existen varias drogas para tratar la enfermedad, pero la malaria ha desarrollado resistencias a los medicamentos que se vienen usando desde hace años. Una estrategia para contener la emergencia y la propagación de la resistencia a los fármacos consiste en proporcionar pruebas de diagnóstico a todos los pacientes con sospecha de enfermedad y tratar únicamente a los casos confirmados. Actualmente el tratamiento más efectivo comprende las terapias combinadas con artemisinina (TCA).

Varias vacunas contra malaria están en desarrollo, algunas incluso en estadios muy avanzados y los resultados son prometedores. La inmunización contra el Plasmodium falciparum redujo en un 50% los casos de enfermedad en lactantes. La nueva vacuna podría estar disponible para usar en la población de riesgo dentro de 3 años.

FUENTES: OMS y Médicos Sin Fronteras

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