Ante el aumento de los casos de gripe en países de la región, como Bolivia, Brasil y Paraguay, el ministro de Salud de la Nación, Juan Manzur, afirmó que, si bien el virus circula en Argentina, los indicadores son comparables a los de los últimos dos años, durante los cuales los altos niveles de cobertura de vacunación alcanzados permitieron mantener la enfermedad bajo control.
Por su parte, Carla Vizzotti, jefa del Programa Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (ProNaCEI), coincidió en que la circulación del virus en el país está “dentro de los parámetros normales para la época, no en situación de alerta ni de brote”.
“Lo que vemos es que se atrasó mucho la circulación viral porque no hacía tanto frío, pero ahora comenzó a manifestarse”, señaló la especialista. Hasta el mes pasado, el virus sincicial respiratorio era responsable de la mayoría de las infecciones respiratorias en el país, mientras que el de la gripe representaba tan solo el 1%. Sin embargo, durante las últimas cuatro semanas aumentó la detección del este virus y, como destaca Vizzotti, “se están aislando las tres cepas que están contenidas en la vacuna antigripal: dos influenza A (H1N1 y H3N2) e influenza B”.
“Por eso, es extremadamente importante que quienes estén incluidos dentro de los grupos de riesgo y aún no se hayan vacunado, concurran sin demoras a aplicarse la vacuna”, dijo Manzur. Vizzotti recalcó que “hay que hacer un esfuerzo grande ahora, para mejorar los niveles de cobertura de vacunación antigripal y, como en los años anteriores, tener un impacto importante en la prevención de las complicaciones y de la mortalidad”.
Según el ProNaCEI, la política de inmunización sostenida contra la gripe durante 2010 y 2011 produjo un impacto positivo, con una drástica disminución en el número de casos de influenza. Este panorama fue, en gran medida, el resultado de las altas coberturas de vacunación antigripal que, en 2011, alcanzaron al 88% de la población de riesgo del país.
Las personas que tienen indicación de recibir la vacuna antigripal son: los trabajadores de la salud, las embarazadas (en cualquier trimestre de la gestación), las madres de niños de hasta seis meses de vida, todos los menores de entre seis meses y dos años (tengan o no factores de riesgo) y los adultos mayores de 65. También deben inmunizarse los individuos de entre dos y 64 años que hayan recibido trasplantes o padezcan enfermedades respiratorias o cardíacas, trastornos de las defensas congénitos o adquiridos (por ejemplo, por infección por VIH), cáncer, obesidad o diabetes.
Lo que dejó la gripe en EEUU
Durante el pasado invierno boreal, la actividad de la influenza en EEUU fue leve. Tanto la cifra de consultas ambulatorias por enfermedad tipo influenza como las internaciones y las muertes por esta infección y por neumonía fueron significativamente más bajas que en años anteriores. Las personas más afectadas fueron, al igual que en las temporadas previas, los mayores de 65 años y los niños menores de cuatro.
Según el Sistema Nacional de Vigilancia del país del norte, las cepas de influenza identificadas correspondieron en un 86% al virus A y en un 14% al B, que aumentó más hacia fines del invierno (marzo y abril). Dentro del grupo de virus A, un 75% fue H3N2 y un 25% H1N1. Así, la mayoría de los serotipos virales aislados coincidieron con las cepas contenidas en la vacuna.
En cuanto al tratamiento con drogas antivirales, casi todas las cepas evaluadas fueron sensibles al ozeltamivir y zanamivir, mientras que tanto la H1N1 como la H3N2 exhibieron altos niveles de resistencia a amantadina y rimantadina.
En total, 2.356 personas fueron hospitalizadas con enfermedad grave por virus de influenza. Entre los adultos con infección confirmada, muchos tenían factores de riesgo. Las condiciones pre-existentes más comunes fueron, en primer lugar, la enfermedad pulmonar crónica, seguida por las afecciones cardiovasculares y los trastornos metabólicos. Las embarazadas representaron un 5% de los pacientes internados.
Es interesante señalar que cerca de la mitad de los niños hospitalizados –en su mayoría menores de cuatro años–, no presentaba enfermedades previas, mientras que un 20% sufría asma. Durante la temporada de gripe 2011-2012, fallecieron 26 chicos por enfermedad asociada a influenza confirmada por laboratorio, un número mucho más bajo que los 122 casos de la temporada previa y los 348 fallecidos durante la pandemia de 2009.
Fuentes: Ministerio de Salud de la Nación, CDC.