Un equipo de investigadores descifró el patrimonio genético de parásitos responsables de la mayor parte de los casos de paludismo que causan estragos fuera del continente africano y descubrió que su diversidad podría dificultar la lucha contra este mal.
Estos científicos secuenciaron el genoma de cuatro cepas de Plasmodium vivax, un parásito que infecta a aproximadamente cien millones de personas todos los años, según el estudio publicado el domingo por la revista especializada Nature Genetics.
Según otros trabajos, entre 10 y 20% de los casos de paludismo debidos al P. vivax se producen en el África subsahariana, una región del mundo que sigue afectada fundamentalmente por P. falciparum, responsable de la mayor parte de los muertos por paludismo en el mundo.
Fuera de África, el P. Vivax está involucrado en la mitad de todos los casos de paludismo, fundamentalmente en América Central, América del Sur, el Pacífico occidental y Medio Oriente. Estas dos especies del parásito son transmitidas por mosquitos. Sin embargo, el estudio sobre este patógeno, considerado menos virulento que P. falciparum, fue menos exhaustivo.
Gracias a sus investigaciones, el equipo de científicos indios y estadounidenses considera que triplicó el número de secuencias genéticas, ahora disponibles para P. vivax.
Los investigadores examinaron cepas de parásitos de orígenes geográficos diversos, entre ellos América del Sur, Asia, Africa occidental. Su análisis muestra que el P. vivax presenta dos veces más variedades genéticas que la especie P. falciparum, lo que revela una sorpresiva capacidad para evolucionar.
Su gran diversidad genética permite que esta especie pueda evitar cualquier arsenal terapéutico, y podría hacer aún más difícil la elaboración de una vacuna, según los investigadores.
En un segundo artículo publicado también por Nature Genetics, científicos japoneses y norteamericanos indican que secuenciaron el genoma de tres cepas de P. cynomolgi, la causa del paludismo entre los monos asiáticos.
Según la Organización Mundial de la Salud, el paludismo, también llamado malaria, causó 655.000 muertes en 2010, sobre todo en África, donde mata a un niño cada minuto.