A veces, como producto de una conducta riesgosa, otras, como consecuencia de una actividad meramente recreativa, los traumatismos de cráneo constituyen un problema médico que requiere una actitud cauta y de alerta. Los signos de una lesión grave no siempre son perceptibles de inmediato y si las medidas que se toman para socorrer a la persona hasta la llegada de ayuda médica no son correctas, pueden empeorar aun más la situación.
En los niños, el traumatismo de cráneo es una de las causas mas frecuentes de consulta médica. En Argentina, las muertes por trauma representan el 30-35% del total de defunciones en chicos de 1 a 14 años.
Se trata de una lesión que sufre el cerebro a causa de un golpe o de la incrustación de un objeto, como una bala. Puede darse también gracias a una caída o a un accidente automovilístico, entre otras causas. En los niños, el motivo más frecuente son los accidentes en la vía pública, seguido por la caída de altura. Algunos ejemplos de estas lesiones son la conmoción cerebral, que puede causar pérdida del conocimiento instantáneo; la contusión, es decir, un hematoma o sangre en el cerebro; y la fractura de cráneo.
La gravedad de estos traumatismos es variable. En ocasiones, se trata de lesiones leves cuyos síntomas desaparecen en cuestión de horas o días y requieren precauciones mínimas. En otros casos, pueden ser graves y provocar problemas de lenguaje, coordinación, equilibrio o parálisis, en ocasiones, de por vida. Por ello es de vital importancia solicitar asistencia médica toda vez que ocurre un golpe significativo en la cabeza.
Dependiendo de la magnitud del impacto y de qué área se vio afectada, se determinarán los signos y síntomas que presentará la persona. Éstos pueden ir desde mareos, vómitos, somnolencia, dolor de cabeza persistente y cambio en el comportamiento hasta pérdida del conocimiento o de la memoria y convulsiones. Por otra parte, pueden suceder apenas producido el golpe o desarrollarse lentamente a lo largo de varias horas o días. Es por ello que se debe observar y evaluar al accidentado durante un período de tiempo prudente hasta descartar las lesiones que se manifiestan más tardíamente.
¿Cómo se debe actuar?
Al igual que en cualquier situación en que se ha producido un accidente, siempre debe solicitarse atención médica. Son los profesionales de la salud quienes determinarán por medio de exámenes cuán grave es la lesión y cómo se debe proceder.
En el caso de haberse dañado una arteria cerebral, se produce un sangrado dentro del cráneo que puede provocar la muerte si no es drenado con rapidez. Este cuadro representa una verdadera emergencia y es fundamental hacer el diagnóstico precoz dentro de las primeras horas del accidente, y realizar el tratamiento quirúrgico para evitar secuelas graves.
Hasta que la persona que sufrió un golpe reciba asistencia, pueden tomarse ciertas precauciones. Ante todo recordar que lo primero es no producir más daño. Una cuestión importante es no mover a la persona cuando el impacto fue grande, a menos que sea absolutamente necesario. En ese caso, el traslado debe llevarse a cabo sobre una tabla, teniendo especial cuidado en mantener la vía respiratoria libre. No se deben quitar los objetos que se puedan haber incrustado, como ocurre a veces en los accidentes de auto. Cuando se trata de un golpe recibido durante una actividad deportiva, como por ejemplo un partido de fútbol, resulta conveniente separar a la persona del juego para que sea atendida, aunque afirme poder seguir participando.
Prevención
Las medidas preventivas constituyen una herramienta fundamental para evitar los accidentes. Dentro del ámbito laboral la reducción de siniestros a través de la prevención de los riesgos derivados del trabajo se rigen por la Ley 24557 de Accidentes de Trabajo sancionada en 1995.
En relación a los traumatismos de cráneo, el control de los riesgos físicos que pueden sufrir los empleados en los puestos de trabajo se regula mediante los equipos de protección personal, fundamentalmente a través del uso del casco. Asimismo es importante la seguridad estructural en el lugar de trabajo, fundamentalmente pisos firmes y no resbaladizos, aberturas protegidas con barandas fijas y la señalización adecuada de las zonas en las que existe riesgo de caída.
No debe olvidarse que el trauma asociado con los accidentes viales se reduce al conducir en forma prudente, observando las leyes de tránsito y cumpliendo con el uso reglamentario del cinturón de seguridad así como el uso de casco en los ciclistas y motociclistas.