La Organización Panamericana de la Salud (OPS) lanzó una advertencia al conmemorar el Día Mundial de la Salud y la Seguridad en el Trabajo, el pasado 28 de abril. La celebración de esta fecha busca generar conciencia sobre la gravedad de lo que se considera una “epidemia silenciosa”, que genera más de 281 mil casos anuales (unos 770 por día) en la región. Los datos corresponden a estimaciones de 2009 de la oficina regional de la OMS para las Américas basadas en datos de nueve países.
En la región existen 468 millones de trabajadores y, aunque el registro de estas patologías es muy bajo, su presencia se considera invisible debido a que “pueden causar enfermedades graves como neumoconiosis, dermatosis, sordera, asma e intoxicaciones, así como dolores lumbares, estrés, depresión y cánceres”, sostuvo la asesora regional en Salud de los Trabajadores y Consumidores de la OPS, Julietta Rodríguez.
“Las enfermedades profesionales también pueden ocasionar muerte prematura y discapacidad”, manifestó Rodríguez y agregó que para prevenirlas resulta necesario “generar conciencia sobre la severidad de esta situación y mejorar el control de los peligros que las causan, además de fortalecer su prevención, detección, diagnóstico, tratamiento y registro”.
Mientras las enfermedades pulmonares ocupacionales, las dermatosis, hipoacusia, intoxicaciones por plaguicidas y otros tóxicos junto a las alergias se agrupan entre las enfermedades de la “vieja epidemia regional escondida”; los desórdenes musculo esqueléticos –como el dolor lumbar–, las enfermedades cardiovasculares, los desórdenes mentales y enfermedades emergentes como cánceres ocupacionales y disruptores endocrinos conforman al conjunto de patologías de mayor crecimiento en los últimos 15 años.
A nivel mundial, estas patologías provocan más de 160 millones de casos y causan más de 2 millones de muertes por año, lo que representa el 86% de los fallecimientos relacionados con el trabajo, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Para mejorar este escenario –cumpliendo con las recomendaciones de la OIT– la Organización Panamericana de la Salud sugiere a los Estados Miembros elaborar encuestas nacionales para construir perfiles de peligros y riesgos; definir las características de procesos de trabajo y realizar matrices de exposición; fortalecer la práctica de higiene, ergonomía, seguridad y medicina ocupacional; y organizar redes subregionales y locales con expertos en salud ocupacional.
Diferencia con los accidentes ocupacionales
Los accidentes laborales difieren de las enfermedades profesionales. Los primeros, normalmente ocurren como un hecho súbito e inesperado y son causados por condiciones inseguras en el trabajo. Habitualmente son más visibles, requieren atención médica inmediata y se reportan mejor.
En las Américas, en 2007 se identificaron unos 7,6 millones de accidentes ocupacionales por año, lo que significa un promedio de 20.825 diarios, de los cuales 11.343 fueron fatales (46,2% en América Latina y el Caribe y 53,8% en Norte América), de acuerdo a estimaciones de la OPS.
Las enfermedades profesionales pueden ser causadas por diferentes tipos de agentes de diversos orígenes:
• Químicos: gases, vapores, humos, polvos, nieblas, que pueden ser corrosivos, alérgenos, irritantes, asfixiantes, carcinógenos o tóxicos, entre otros.
• Físicos: ruido, vibración, microondas, temperaturas extremas, radiaciones, presiones barométricas extremas, campos electromagnéticos y peligros eléctricos.
• Biológicos: virus, bacterias, hongos, parásitos, insectos, mamíferos.
• Estresores ergonómicos: diseño de puestos de trabajo, levantamiento de cargas, empujar/halar.
• Factores sicosociales: sobrecarga de trabajo, turnos, condiciones laborales, violencia, falta de comunicación, otros factores sociales.