El físico teórico Juan Maldacena, quien postuló una forma para llegar a entender el comienzo del universo, fue galardonado ayer con el Konex de Brillante 2013 Ciencia y Tecnología, al que consideró “un reconocimiento para muchos” que en Argentina realizan investigación de vanguardia.
“Recibir el premio es un gran honor y un gran desafío por quienes lo han recibido antes, incluido ahora Alberto Kornblihtt, y creo que es un reconocimiento a la ciencia en Argentina, para muchos que realizan tareas de investigación interesantes y de punta”, dijo Maldacena a Télam en una entrevista en la Academia de Medicina.
El Premio Konex distinguió también con el Brillante al biólogo molecular Alberto Kornblihtt y con el de Honor al científico Rolando García, fundador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas y decano de Exactas que resistió la intervención a la universidad en `La noche de los bastones largos`, fallecido el año pasado.
Los Konex de Platino fueron para los mejores exponentes de la ciencia y la tecnología en 20 disciplinas, y hubo menciones a la Trayectoria para el ministro del área, Lino Barañao; el creador de la especialidad médica Quemados, Fortunato Benaim; el cardiólogo Julio Palmaz; la bioquímica Juana Pasquini, creadora del Grupo de Investigación de la Biología de la Mielina, y el cirujano Carlos Pellegrini.
La comunidad de los físicos consagró hace años a este investigador argentino, incorporando al bagaje de conceptos teóricos de la Física la denominada “Conjetura Maldacena”, que por indicios y observaciones postuló una forma de entender cómo fue el comienzo del universo, conciliando las teorías de la “Relatividad General” y “Cuántica”.
“En el Siglo XX hubo dos desarrollos muy importantes: uno, el de la Teoría de la Relatividad General de Albert Einstein, que nos dice cómo se comporta el espacio-tiempo, que es curvo en presencia de materia, que se está expandiendo, etcétera, a la que llamamos teoría clásica, y es determinista”, desplegó.
Mientras que “a principios del Siglo XX también se desarrolló la Teoría Cuántica, que describe los átomos y las partículas elementales, y es probabilística, es decir, no permite predecir los resultados experimentales sino las probabilidades de ciertas observaciones”.
“Las ecuaciones clásicas dejan de tener sentido en ciertas situaciones, por ejemplo, cuando la materia colapsa dentro de un agujero negro, pero creemos que si entendemos la parte cuántica, vamos a entender lo que pasa ahí“, ejemplificó.
Asimismo, “en el Big Bang no entendemos lo que pasó porque la materia estaba condensada en una región muy pequeña, entonces, si entendiéramos bien cómo se unen esas dos cosas, comprenderíamos cómo fue el comienzo del universo, y esa es quizá la motivación más importante para entender esta teoría de la gravedad cuántica”.
Maldacena cursó su educación en la escuela La Salle, el Liceo Militar General San Martín y estudios superiores en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA e Instituto Balseiro, donde obtuvo su licenciatura; se doctoró en la Universidad de Princeton, donde hoy investiga.
“Los científicos experimentales hablan de la `imaginación febril` de los teóricos, porque siempre hay más teorías posibles que experimentos, y no siempre los preceden, sino que muchas veces el experimento es el que motiva a la teoría”, contó el premiado.
“Tenemos que explorar las distintas teorías y ver cuáles son más razonables que otras, y tratar de encontrar predicciones que puedan ser eventualmente comprobadas, porque el problema de la gravedad cuántica es que las cosas que son fáciles de calcular, son muy difíciles de medir; y las cosas que son fáciles de medir, son muy difíciles de calcular”, planteó.
Maldacena definió: “Lo que nosotros hacemos como teóricos es cálculos más difíciles para poder ser capaces de llegar a las cosas que puedan se medibles”.
El investigador dijo que “lo que ocurre con las teorías fundamentales de la Física es que tienen una estructura matemática compleja y no es muy fácil modificarlas, en particular esta unión de la gravedad con la mecánica cuántica que, desde el punto de vista matemático, parece ser bastante milagrosa“.
“Podría ser que la naturaleza use esta teoría, como que no, pero trata de explicar fenómenos muy importantes y difíciles de acceder experimentalmente: si pudiéramos hacer experimentos a energías muy, muy altas, sería más rápido”, concluyó.
Por Celia Carabajal, de la agencia Télam.