Una nueva clase de medicamentos contra el cáncer de mama avanzado que combina la eficacia de un anticuerpo monoclonal con el poder citotóxico de la quimioterapia, de mayor tolerancia que otras drogas y con menos efectos adversos, se podrá emplear en Argentina, informaron fuentes farmacéuticas. Entre los principales beneficios se encuentran que ataca a las células cancerígenas en su interior y que no produce alopecia.
Se trata del trastuzumab emtansina (TDM1), una droga que, por su mecanismo de acción “libera la quimioterapia en el interior de las células cancerígenas, de modo que es bien tolerada y reduce la incidencia de efectos adversos, y entre otros beneficios, evita la caída del pelo», detallaron voceros de la investigación científica.
Casi una de cada cinco mujeres diagnosticadas con cáncer de mama presenta el tumor HER2-positivo, una variante agresiva que suele progresar más rápidamente. Esto se da cuando las células cancerígenas poseen demasiadas copias de la proteína HER2, y hasta ahora no hay posibilidad de cura si su estado es avanzado o metastásico.
En los últimos años se desarrollaron alternativas terapéuticas que permitieron cambiar el curso natural de la enfermedad, a lo que se agregará de modo inminente el trastuzumab emtansina (TDM1) para tratar el cáncer mama HER2-positivo avanzado, cuando las autoridades anuncien su aprobación.
Esa decisión, señalaron, «permitirá una mayor sobrevida con mejor calidad» para las pacientes que a pesar de haber recibido tratamiento previo con trastuzumab y una quimioterapia a base de taxanos, progresaron en su enfermedad.
El TDM1, es un conjugado que combina la eficacia de un anticuerpo monoclonal (trastuzumab) con el poder citotóxico de la quimioterapia (emtansina).
Actualmente, señalaron los expertos, la terapia inicial estándar para intentar frenar el avance del cáncer de mama HER2-positivo metastásico se basa en un esquema de trastuzumab, pertuzumab y quimioterapia.
El trastuzumab fue el primer anticuerpo monoclonal aprobado contra ese tipo de tumor maligno y si bien provocó una revolución en los tratamientos, el primer año en el 50% de las pacientes la enfermedad igual progresa y para intentar prolongar sus vidas deben recurrir a otra terapia.
El TDM1, apuntaron, era muy esperado por lo oncólogos, ya que en los estudios de fase III prolongó 6 meses la vida de las pacientes y elevó significativamente el tiempo de sobrevida libre de progresión de la enfermedad.
Además, por su mecanismo de acción único, la droga -desarrollada por el laboratorio Roche- se dirige específicamente a las células tumorales y libera la quimioterapia en su interior, de modo que no sólo logra una mayor efectividad sino que además es bien tolerada y reduce la incidencia de reacciones adversas.
Uno de los beneficios más significativos para las pacientes es que evita la caída del pelo (alopecia), uno de los efectos adversos que más impactan en su calidad de vida.
«El cambio de la imagen corporal frente a uno mismo, no sólo de cara a los demás, es realmente una situación violenta», por lo que «poder evitar la alopecia es algo mayor», dijo Reinaldo Chacón, director médico y jefe del Departamento de Oncología Clínica del Instituto «Alexander Fleming».
Si además «el resto de las toxicidades» también se reduce, se trata de «un agente antitumoral que reúne todas las condiciones deseables: va hacia las células que uno desea destruir, tiene baja toxicidad, presenta un alto porcentaje de resultados objetivos y no atenta contra la calidad de vida de la paciente», detalló.
«Que se te caiga el pelo es lo peor. Las personas te miran como con lástima», dijo Viviana, una psicóloga de 41 años a quien le diagnosticaron carcinoma ductal en la mama en 2003, metástasis en mediastino en 2005, metástasis en pulmón en 2008 y hace poco le progresaron los nódulos en el pulmón. En todas los casos la operaron y recibió quimioterapia; ahora está recibiendo TDM1.
«Tener pelo y haberme aplicado la medicación ayer y hoy estar acá conversando sintiéndome bien, hace que todo sea más llevadero, me da calidad de vida», afirmó.
«El tratamiento que estoy haciendo me permite llevar una vida normal. Siento que tengo una enfermedad crónica como le pasa a muchas personas. No me limita», señaló la mujer.
El doctor Sunil Verma, quien lideró el estudio EMILIA -cuyos resultados llevaron a la aprobación de la droga-, dijo que el TDM1 no causa «los efectos adversos que comúnmente se asocian a la quimioterapia como náuseas, vómitos, caída de cabello, diarrea, llagas en la boca y riesgo de infección».
Eso permite «tener una vida normal mientras están en tratamiento, lo que representa un objetivo esencial» para las pacientes, en especial las que tienen «la enfermedad avanzada», indicó.
Verma afirmó que «se trata de un hito» tanto para las pacientes como para la investigación en cáncer», ya que es «la primera droga de su clase en ser aprobada» que mejora la sobrevida y además «es mucho mejor tolerada que la quimioterapia estándar y las opciones actuales de tratamientos dirigidos».