Un estudio realizado en más de mil adolescentes reveló que los trastornos alimentarios en esta población se presentan en todos los matices de peso y en especial en aquellos con un pesaje considerado adecuado. A su vez mostró que casi el 10% de las chicas los sufre. Los datos fueron difundidos en el XIV Congreso Argentino de Obesidad y Trastornos Alimentarios organizado por la SAOTA, que se realizó a principios de mes en la Ciudad de Buenos Aires.
El sondeo, que evaluó a 725 chicas y a 433 varones de entre 13 y 19 años que asisten a escuelas medias en Capital Federal y el Gran Buenos Aires, mostró que este problema no sólo alcanza a las mujeres sino también a los hombres de esta edad, en concreto, al 1,6% de ellos. Por otra parte, casi la totalidad de las voluntarias encuestadas quería verse más flaca.
La encargada de liderar el sondeo, realizado por la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y con un subsidio de UBACyT fue la doctora Guillermina Rutsztein, quien junto con su equipo adaptó instrumentos del exterior, los tradujo y le incorporó términos adoptados al contexto sociocultural de los adolescentes de nuestro país.
“El estudio fue de doble fase. La primera constó de cuestionarios autoadministrados a los alumnos, con los que se buscó evaluar el riesgo de la población de sufrir algún trastorno. En la segunda, con entrevistas personalizadas, se confirmaron los porcentajes de jóvenes con estos problemas”, destacó la experta.
Pero el trabajo no sólo buscó calcular qué cantidad de jóvenes sufre bulimia, anorexia u otros trastornos similares, sino también evaluar la efectividad de las herramientas empleadas para este fin. En diálogo con DocSalud.com, Rutsztein reconoció que la mayoría de ellas están pensadas para el cuerpo femenino, sin tener en cuenta que los varones también sufren estos problemas.
Fallas de percepción
En el trabajo se detectó que el 9,9% de las mujeres y el 1,6% de los varones presentaban trastornos alimentarios no identificados (TANE), que son aquellos que, aunque similares, no cumplen con todos los criterios de la anorexia y la bulimia nerviosa. Pero sí se detectó que el 0,4% y el 0,3% sufrían de estos desórdenes respectivamente.
Por otra parte, durante la fase de los cuestionarios se detectó que el 25% de la población relevada estaba en riesgo de sufrir este tipo de problemas
La experta compartió que cerca del 70% de los participantes presentaba un peso normal, pero sólo el 54% consideraba que tenía un peso adecuado. Por otra parte, si bien sólo el 20% de los jóvenes relevados presentaba sobrepeso y obesidad, el 30% se consideraba gordo.
“Estas cifras demuestran que existe una distorsión de la imagen corporal entre los adolescentes”, indicó Rutsztein. Por otra parte, la doctora en Psicología detalló que los jóvenes, al ver sus pesajes, pensaban que habían engordado, “pero en realidad lo que no registraron es que habían crecido en estatura y creían que tenían un promedio de cinco centímetros menos”.
Por otra parte, según detalló la experta, todos los relevados buscaban verse más delgados. Quienes sufrían trastornos alimentarios querían pesar 9 kilos menos, quienes estaban en riesgo de padecerlos querían adelgazar 5 kilos, mientras que los que no tenían riesgos querían bajar 4 kilos.
Para lograr estos objetivos, casi 1 de cada 4 adolescentes encuestados haría ejercicio excesivo para bajar de peso, lo que equivale a una actividad más de dos veces por semana sólo para lograr este fin.
La misma proporción de jóvenes estaría dispuesto a hacer dieta a pesar de presentar un peso corporal considerado normal según los parámetros establecidos por la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
Cómo prevenirse
A cambio del permiso para realizar el relevamiento, las autoridades de las escuelas solicitaron a las profesionales que dictaran talleres de prevención. Según detalló la psicóloga, en ninguno de estos encuentros se deben difundir características de la bulimia y la anorexia, ya que esta conducta podría aportar ideas a adolescentes en riesgo.
“En su lugar, se debe trabajar en el ideal de belleza, y recalcar el mensaje de que este patrón cambió con los años”, remarcó.
En relación a la cantidad de participantes, indicó que los grupos deben ser de hasta 10 personaa Su equipo coordinó talleres de cuatro encuentros destinados a adolescentes mujeres en los que hubo asistencia perfecta.
“Acabamos de completar talleres con 50 chicas, pero buscamos llegar a más establecimientos, en especial los públicos”, indicó Rutsztein.
Por otra parte, se repartió folletería sobre imagen corporal y auoestima, además de material que ofrecía una visión crítica sobre el ideal de belleza contemporánea y que advierta sobre el uso indiscriminado de los retoques fotográficos.