Son muchos los que cuestionan si realmente importa el tamaño del pene, sin embargo cada vez son más los hombres de todas las edades que están dispuestos a pasar por el quirófano para alargar y ensanchar su miembro viril.
Sólo en el Reino Unido el número se intervenciones se duplicó en los últimos 10 años, según la Asociación Británica de Cirujanos Pásticos Estéticos (BAAPS, por sus siglas en inglés), aunque el fenómeno es global.
De acuerdo con el último estudio de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica (ISAPS, por sus siglas en inglés), citado por la BBC, en 2014 se llevaron a cabo 15.414 operaciones de agrandamiento de pene en el mundo, la mayoría de ellas en Alemania. Venezuela, España, México, Colombia, Italia, Brasil, Argentina, Estados Unidos e Irán completaban la lista de los 10 países en los que más se practicó este tipo de intervención.
«Antes el agrandamiento de pene era algo que quedaba completamente al margen de la cirugía plástica. Puede que el aumento de la demanda se deba a que ahora hay más hombres que nunca sometiéndose a operaciones de cirugía estética», explicó David Mills, director de la clínica estética londinense Moorgate Aesthetics, donde practican esta intervención.
«No creo que los pacientes estén obsesionados con tener un pene muy grande. Más bien sienten que no dan la talla. Quieren tener un pene de un tamaño promedio, llegar a unos 12 centímetros”, indicó el profesional para luego agregar que “algunos tienen un pene muy pequeño y lo saben”.
«En el peor de los casos, pueden tener una condición llamada ‘micropene’”, es decir, cuando el tamaño del miembro viril es de 5 a 10 centímetros flácido.
La operación de alargamiento consiste en cortar un ligamento de la base del pene para hacerlo más largo: unos 2,5 centímetros, aproximadamente, cuando está flácido. Y en erección tendrá exactamente el mismo tamaño.
Para hacerlo más grueso, se inyecta grasa obtenida del estómago o de los glúteos del paciente, y en otras ocasiones se agrega ácido hialurónico.
“La intervención, que es ambulatoria y se practica en el consultorio sin riesgo alguno, no solo mejora la función sexual, sino que ayuda a mejorar la autoestima”, indicó Mills.