Los hombres son confesos fanáticos de la pornografía. Sin embargo, aunque pocas se atreven a reconocerlo, las mujeres también acuden a las películas condicionadas.
Phillip Hodson, especialista de la British Association of Counselling and Psychotherapy, señala que este génetro “tiene un efecto inmediato en el cuerpo, la mente y la psiquis humanos, así se desapruebe lo que se ve”.
Ellas no suelen confesar estos consumos porque las filmaciones, en general, carecen de un buen argumento, se repiten situaciones insólitas como acostarse en la cama con tacos altos y no se suele dar un lugar protagónico al clítoris.
En palabras de la psicoterapeuta, “ellas pueden sentir que su cuerpo les dice sí, a pesar de que su mente les esté diciendo no y eso puede ser desagradable”.
Sin embargo, existen motivos por las que las ganas de acudir a las cintas condicionadas les ganan al rechazo inicial. Aquí los detalla:
• Por curiosidad: la desnudez y el acto sexual siguen siendo un tabú y las imágenes XXX la sacian.
• Para masturbarse: la pornografía suele estimularlas para la autosatisfacción.
• Para aprender: muchas recurren al sexo en internet para incorporar nuevas posiciones o prácticas cuando les aburre la monotonía de las relaciones con su pareja.
• Para complacerse mejor: ver la pornografía que les gusta a sus parejas les permite conocer más de sus preferencias eróticas.
• Por anatomía: para muchas el pene conlleva miedo y desconocimiento. La pornografía les permite informarse de su variedad de formas, tamaños y funcionamiento.
• Por el embarazo: durante este periodo, muchas se vuelven adictas a la pornografía, al parecer por la descarga hormonal propia de su estado.
Fuentes: Sexualidad 180
