Los Objetivos del Milenio de la ONU contra la pobreza están fracasando porque los Gobiernos de muchos países no respetan los derechos humanos de los más pobres, denuncia hoy en un comunicado Amnistía Internacional (AI).
La organización alerta de la situación de exclusión que sufren los más desfavorecidos en vísperas de la reunión de jefes de Estado y de Gobierno en Naciones Unidas del 20 al 22 de septiembre para analizar el progreso de dichos objetivos.
Más de mil millones de personas viven en chabolas en el mundo y ni siquiera quedan incluidas dentro de esos objetivos, ya que éstos sólo proponen mejorar las vidas de cien millones de ellos, critica AI.
«A menos que los líderes mundiales tomen medidas urgentes para reconocer los derechos humanos de la gente que vive en la pobreza, los más desfavorecidos seguirán estando excluidos de los objetivos del milenio», declara el secretario general de Amnistía, Salil Shetty, que dirigirá la delegación de la organización ante a ONU.
Según AI, los afectados deberían poder recurrir a los tribunales para denunciar «negligencia» o «corrupción» de las autoridades, a fin de garantizar que los Gobiernos cumplen con sus obligaciones.
Amnistía calcula que un 70% de las personas que viven en la pobreza son mujeres; sin embargo, los Objetivos del Milenio no abordan la discriminación que éstas sufren en muchos países en su acceso a agua, comida o vivienda.
Las leyes y costumbres segregacionistas propician además la violencia de género, denuncia la organización, que cita como ejemplo de países donde éste y otros abusos ocurren a Nigeria, Kenia o Nicaragua.
Amnistía pide que se establezcan mecanismos para garantizar la transparencia y poder pedir cuentas a los Gobiernos en el proceso de cumplimiento de los Objetivos del Milenio.
«Una promesa global para erradicar la pobreza no puede dejar fuera a los más pobres», afirma Shetty.
Los Objetivos del Desarrollo del Milenio, establecidos hace diez años y que deben cumplirse para 2015, cubren ocho áreas: erradicar la pobreza extrema y el hambre; universalizar la educación primaria; promoción de la igualdad de género; reducir la mortalidad infantil; mejorar la salud en la maternidad; combatir el sida y la malaria; garantizar la sostenibilidad del medioambiente; y formar una sociedad global para el desarrollo.
