Muchos se sienten incómodos al viajar en avión por diversos factores, como el poco espacio en las clases turistas. Pero también por otros factores como el estrés, los retrasos, el jet lag, las vibraciones a bordo y los cambios de temperatura y humedad. Con todo, existen estrategias para que el trayecto sea mucho más llevadero. Aquí, algunas de ellas.
•Controlar el estrés de antes de volar: Rob Bor, psicólogo clínico en el Hospital Royal Free de Londres, Reino Unido, aconseja preparase con tiempo para el viaje, ya que muchas personas comprueban su documentación y el aeropuerto al que deben acudir el mismo día, y eso no es suficiente. «Escanee su pasaporte y guárdelo en su email, por si acaso», aconsejó.
• Elegir previamente el asiento: Plataformas digitales como Seat Guru ,de Trip Advisor, emplea códigos de colores para distintas aeronaves y aerolíneas. Aconseja los mejores asientos y descarta los que estén muy cerca del baño o no puedan reclinarse, por ejemplo. Es que según los expertos, si uno se sienta cerca de las alas del avión, notará menos las turbulencias.
• Viajar ligero: Según expertos, llevar más equipaje del que se pueda maniobrar añade presión y malestar al viaje.
• Comer liviano antes de abordar: Investigadores de Harvard dicen que no comer nada unas 16 horas antes de subir al avión puede ayudar a los viajeros a ajustarse más fácilmente a la nueva zona horaria y evitar el jet-lag. Pero si la persona prefiere comer algo, entonces se le aconseja no optar por la comida grasosa o fritos. También se sugiere evitar las verduras que provoquen gases, como las cebollas, el brócoli, la coliflor, el repollo o los porotos, además del alcohol y las bebidas gaseosas.
•Beber agua: No debe limitarse la ingesta de líquidos, por más que deba molestarse a otros pasajeros para ir al baño. Es que no beber es una de las razones por las que las infecciones de vejiga y cistitis son habituales entre las mujeres tras un vuelo de larga distancia. Los expertos aconsejan tomar al menos medio litro de agua cada tres horas y evitar el alcohol, ya que su consumo en el vuelo aumenta la deshidratación.
• Respirar bien: Los niveles bajos de humedad del avión afectan la nariz, garganta, piel y ojos, en especial si se usan lentes de contacto. Las personas con problemas respiratorios o los fumadores corren un riesgo más alto. Así que si necesita un inhalador, no olvide llevarlo. O bien si siente que le falta el aire, póngase un paño húmedo en la cara y respire por la boca. Otra idea es incluir un spray de agua, un bálsamo labial y una crema hidratante en tu neceser de viaje.
•Tomar recaudos para un buen descanso: Dormir a bordo puede ser difícil, en especial si se vieja en clase turista. Por eso, para mayor comodidad, David Gradwell, profesor de Medicina Aeroespacial en el King’s College de Londres, aconseja la ropa suelta y muchas capas, que ayudarán a sobrellevar las temperaturas cambiantes de los vuelos largos. También sugiere llevar medias cómodas, una bufanda y un gran pañuelo que pueda usarse como manta, así como un antifaz de ojos, y una almohada para el cuello.
•Bloquear los ruidos: Los ruidos de cabina son más intensos que aquellos a los que normalmente estamos acostumbrados y llegan a superar los 80 decibelios en el despegue y en el aterrizaje. Por tal motivo, los audífonos que cancelan el ruido externo pueden ayudar a hacer el viaje más llevadero.
• Moverse: Otro problema en vuelos largos es el riesgo de trombosis venosa profunda (TVP), que es la formación de coágulos de sangre en las venas que se produce cuando se pasa demasiado tiempo sentado. Si ocurre, los tobillos y los pies se hinchan de una manera notable y las piernas duelen. A veces, esos coágulos pueden extenderse hacia los pulmones, causar dolor en el pecho y dificultad respiratoria, o algo peor. Por eso, si usted siente que tiene el riesgo de sufrir TVP, consulte a su médico antes de viajar y use medias de compresión, que favorezcan la circulación de la sangre. Mantenerte en movimiento para evitar los coágulos de sangre puede ayudar, afirma Michael Bagshaw, profesor de medicina de aviación en el King’s College de Londres.
Fuentes: BBC Mundo