Se dice que una buena autoestima es esencial para encarar los distintos desafíos en la vida. Sin embargo, ¿qué se necesita para afianzarla y construirla? ¿Puede llegar el ser humano a sentir que se aprecia lo suficiente o siempre hace falta más?
“Pertenecemos a culturas que piensan que ir todos los días al gimnasio va a ayudar a sentirse mejor, pero que quizá evitan ir una vez a terapia”, indicó el psicoanalista Andres Rasvovsky.
Para el experto, un análisis comprometido puede ayudar a revertir los problemas en los etapas iniciales de la vida que llevaron a que el sujeto no construya su autoestima, o en términos más psicoanalíticos, su mismidad o el concepto del yo.
“Si quisiéramos armar un ´mapa de la autoestima´ se construye en primer lugar con el amor de los padres, en donde influye si están en una buena situación emocional, si los atienden lo suficiente, o bien si esos chicos fueron deseados; en segundo plano por los logros que el sujeto logra a lo largo de su vida, es decir cuando se acorta la enorme distancia entre la realidad y los ideales, y la tercera fuente para conseguirla es con la vida amorosa, al sentirse reconocido por el objeto de deseo”, indicó.
Con todo, el experto reconoció que situaciones que exceden al sujeto, como la crisis económica, repercuten enormemente en la llamada autoestima porque “nuestras sociedades están en permanente batalla para sobrevivir económicamente”.
Pero paradójicamente, cuando el dinero falta, los individuos suelen recortar gastos en espacios que dan cierto bienestar, desde el análisis a la peluquería.
