Beber una taza de té al día, ya sea negro, verde o de otras variedades, disminuye los riesgos de demencia senil en un 50%, según un estudio de la Universidad de Singapur, publicado en la revista estadounidense Journal of Nutrititon, Health and Aging.
El trabajo, realizado por Feng Lei, arriesgó que incluso el riesgo disminuye un 86% entre la población portadora de una mutación genética que favorece los disturbios mentales: se trata del gen APOE, que en la variante del «aleloide E4» parece favorecer al desarrollo del Alzheimer.
La marcada reducción de los casos de demencia entre los consumidores habituales de té fue observada a través de un equipo de investigadores, que siguió la salud de 957 individuos de 55 años o más durante siete años.
Los dividió entonces en dos grupos: los portadores de la variante genética y los no-portadores. El estudio tuvo en cuenta otras condiciones de salud y los estilos de vida de los participantes.
Los resultados mostraron que el riesgo de demencia se reduce a la mitad entre los bebedores diarios de té y desciende un 86% entre los portadores del gen alterado.
La investigación individualiza en las catequinas y flavonoides presente en las hojas de té potentes sustancias antiinflamatorias que protegerían al cerebro.