La Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y su brazo a la comunidad, la Fundación Cardiológica Argentina (FCA), lanzaron en la Argentina el programa «Objetivo 25×25», una iniciativa que propone la Organización Mundial de la Salud (OMS) para reducir un 25% la mortalidad prematura por enfermedades cardiovasculares para el año 2025.
Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo occidental, más que el cáncer, las enfermedades respiratorias y la diabetes.
Sin embargo, los países de mayores ingresos están revirtiendo esta tendencia y proyectan para el 2025 una disminución de la muerte por enfermedad cardiovascular. Mientras que en los países de menores ingresos, la tendencia es al aumento de la muerte por infarto y accidente cerebrovascular.
Este panorama obliga un abordaje inmediato de estas enfermedades y sus factores de riesgo.
Más aún si se considera que más de 5 millones de muertes prematuras a causa de las enfermedades cardiovasculares entre los hombres y 2,8 millones entre las mujeres, se proyectan en todo el mundo para 2025.
Con un tratamiento agresivo de los factores de riesgo cardiovascular (como la hipertensión, el consumo de tabaco, la diabetes y la obesidad, entre otros) estas cifras podrían reducirse a 3,5 millones y 2,2 millones, respectivamente, y alcanzar las metas de disminución del 25% de la mortalidad prematura para el año 2025.
En este sentido, el Informe de la situación mundial de las enfermedades no transmisibles de la OMS, del año 2014, es contundente y fija «metas clave» para los factores de riesgo cardiovascular:
– Consumo de alcohol. Una reducción relativa de al menos 10% para 2025.
– Actividad física insuficiente. Una reducción relativa de su prevalencia del 10% para 2025.
– Ingesta de sal o sodio. Una reducción relativa del 30% para 2025.
– Consumo de tabaco. Una reducción relativa de la prevalencia del 30% en las personas de 15 años o más para 2025.
– Hipertensión. Una reducción relativa de su prevalencia de un 25%, o contención de la misma en función de las circunstancias de cada país, para 2025.
– Diabetes y Obesidad. Detener a 0 su aumento para 2025.
Por su parte, en la Argentina la problemática actual de los factores de riesgo cardiovascular no deja de ser preocupante. La última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, del año 2013, demostró que:
– El Tabaquismo ha disminuido respecto de los índices anteriores (29,7% en 2005, 27,1% en 2009 y 25.1 % en 2013), si bien 1 de cada 4 personas fuma y el 36,3% se encuentra expuesto habitualmente al humo de tabaco ajeno. Sin embargo, tenemos la triste estadística de ser uno de los países de mayor consumo.
– La Hipertensión Arterial se ha mostrado estable (34,4% en 2005, 35,5% en 2009 y 34,1% en 2013), una de las más altas de Latinoamérica.
– La ingesta de Sodio se ha reducido. Esto se observa en la utilización del salero en la mesa (que registró una disminución del 31,6% respecto de la encuesta del año 2009). No hemos podido disminuir el consumo de alimentos envasados con gran cantidad de sal.
– El Sobrepeso y la Obesidad han evidenciado un significativo aumento (49% en 2005, 53,4% en 2009 y 57,9 % en el 2013).
– La Diabetes no ha mostrado cambios sustanciales (8,4% en 2005, 9,6% en 2009 y 9,8% en el 2013) pero la tendencia siempre es en aumento.
– La Inactividad Física se ha incrementado (54,9% en 2009 y 55,1% en 2013). Del mismo modo, según la Encuesta Nacional de Salud Escolar del año 2012 menos del 20% de los adolescentes de 13 a 15 años realiza la actividad física sugerida para su edad.
El Presidente de la SAC, Miguel González, y su Coordinador para el área de Enfermedades no Transmisibles y Objetivo 25 x 25, Rodolfo Daniel La Greca, remarcaron que «si los objetivos para los factores de riesgo como: presión arterial, consumo de tabaco y sal, diabetes mellitus y obesidad, son tratados con agresividad, se alcanzarán las metas de disminución de Mortalidad Prematura del 25% para el año 2025».
Por su parte, Roberto Peidro, presidente de la FCA, fue contundente al declarar que «enfatizar en la prevención como medida indispensable para llevar una vida saludable resulta una eficaz medida para alcanzar los objetivos propuestos. Trabajar de manera conjunta para reducir estos alarmantes índices es una responsabilidad y un compromiso de todos».