La diabetes es una enfermedad muy frecuente y se calcula que más de 10 millones de personas la padecen en el mundo. Se caracteriza por la alteración metabólica en la regulación de los niveles de azúcar en la sangre, que compromete y lesiona a los pequeños vasos sanguíneos, por lo que se ven afectados todos los órganos del cuerpo.
Uno de los sitios perjudicados con frecuencia son los pies, ya que es muy común que las personas diabéticas presenten infecciones, callosidades y úlceras en el área. Si estas lesiones no son tratadas adecuadamente, pueden aparecer complicaciones muy severas. Por este motivo, estas extremidades requieren un cuidado especial en quienes padecen esta afección.
A causa de los trastornos circulatorios, la piel se debilita y se forman úlceras con facilidad en las zonas de roce o de presión en particular a nivel de los pies. Como no reciben un adecuado flujo de sangre, estas lastimaduras tardan mucho en curar. Por otra parte, es común que se sobre-infecten, ya que los niveles elevados de glucosa promueven la proliferación de bacterias y de hongos.
Si la infección no se trata de forma adecuada, puede complicarse con gangrena, lo que lleva a la destrucción de los tejidos más profundos, incluyendo el hueso. Esta situación requiere la amputación de las partes afectadas. Aproximadamente el 5% de los pacientes diabéticos sufre esta complicación y deben cortarse los dedos o una parte del pie. Sin embargo, este desenlace puede ser prevenido si el afectado logra controlar adecuadamente los niveles de glucemia y si cumple con las recomendaciones para el cuidado de los pies.
La diabetes es una enfermedad crónica que, con el tiempo, también compromete los nervios periféricos alterando la sensibilidad de la piel. La falta de sensaciones predispone a la aparición de lastimaduras y traumatismos que a su vez generan deformaciones estructurales importantes de los pies.
Para evitar las consecuencias mencionadas es importante controlar adecuadamente la glucemia con la medicación indicada y cumplir con las siguientes medidas de cuidado e higiene:
• No fumar, el cigarrillo empeora los problemas circulatorios
• Evitar hacer actividades que puedan lastimar los pies como caminar descalzo, usar bolsa de agua caliente o entrar en la bañadera sin haber controlado previamente la temperatura del agua para evitar las quemaduras
• Tomar precauciones al cortar las uñas de los pies para no lastimar la piel
• Lavar los pies diariamente con agua tibia y jabón neutro, secar suavemente y aplicar una crema hidratante
• Usar medias de algodón que no ajusten y zapatos holgados que no aprieten, también se recomienda llevar plantillas
• Revisar regularmente la piel de los pies, especialmente en la planta y entre los dedos
• Realizar un control clínico con un examen de los pies al menos una vez por año y consultar de inmediato si aparece alguna lesión o infección