Claves para controlar la psoriasis

Mitos y verdades sobre la psoriasis (Foto: Pixabay)
Mitos y verdades sobre la psoriasis (Foto: Pixabay)

Hay numerosos mitos acerca de la psoriasis que, según el médico dermatólogo Gabriel Magariños (MN 74.560) “vale la pena aclarar para poder enfrentar a esta afección de la piel desde un tratamiento multisistémico”.

La psoriasis se caracteriza por la aparición de placas eritemato-escamosas, bien delimitadas y con una distribución habitualmente simétrica; puede afectar piel, semimucosas, cuero cabelludo y uñas. Suele generar síntomas como prurito, ardor, dolor y conciencia de alteración de la piel. La manifestación de la enfermedad se presenta principalmente en codos, rodillas, el resto de las piernas, cuero cabelludo, zona baja de la espalda, la cara, las palmas de las manos y las plantas de los pies.

¿Es contagiosa?

“Es el mayor mito que existe sobre esta enfermedad crónica que impacta a nivel sistémico, pero que se manifiesta sobre todo en la piel; la mayoría de las veces a través de la aparición de placas rojizas, blancas o plateadas, escamosas y engrosadas” dice Magariños. Es común que estas lesiones piquen, duelan, se agrieten y a veces sangren, pero no son contagiosas.

¿Tiene origen psicológico?

“Si bien la psoriasis tiene un alto impacto psicológico, es incorrecto pensar que su origen se debe a causas psicológicas. Se trata, en realidad, de una enfermedad sistémica y autoinmune, de origen genético. Entonces, si bien lo psicológico puede impactar empeorando un cuadro o desencadenando un brote, nunca puede ser considerado la causa de esta patología” afirma el dermatólogo.

¿La psoriasis solo afecta a la piel?

Se estima que alrededor del 20% de los pacientes presenta la variante ‘moderada a severa’ de la psoriasis, en la que las placas afectan a más de 5% de la superficie corporal. “Sin embargo, el proceso inflamatorio que se da en esta enfermedad puede ocasionar daños en otros órganos y sistemas como la artritis psoriásica (una patología en la cual las articulaciones resultan afectadas y causa síntomas debilitantes como dolor, rigidez y, para algunas personas, daño articular irreversible). En numerosos casos también se asocia con diversas comorbilidades como obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Por ello, es fundamental que, más allá de tratar las lesiones de su piel, los pacientes lleguen al diagnóstico e inicien las terapias adecuadas para controlar el proceso inflamatorio”, aclara Magariños.

¿La psoriasis se cura?

Hasta el momento, la psoriasis no tiene cura, pero “los pacientes hoy cuentan con tópicos (cremas), la exposición a rayos ultravioleta con equipos especialmente desarrollados para este fin (fototerapia) y tratamientos sistémicos a base de comprimidos o inyecciones subcutáneas. Entre estos últimos están los medicamentos ‘biológicos’. Según el grado de severidad, el dermatólogo -en diálogo con el paciente- determinará qué opción considera que mejor lo beneficiará”, subraya el doctor Gabriel Magariños, consultor en Dermatología del Hospital Houssay de Vicente López.

Una enfermedad que avergüenza

La psoriasis puede afectar fuertemente la calidad de vida de las personas, impactando en sus oportunidades de desarrollo laboral, en su vida social y de pareja, en su autoestima, en su miedo a mostrarse y hasta en el desarrollo de cuadros de reclusión, ansiedad y depresión.

En nuestro país, en una encuesta online llevada a cabo sobre 351 argentinos con psoriasis, más de la mitad de los pacientes manifestaron sentirse ‘algo’ o ‘muy avergonzados’ por su enfermedad en el último mes. Uno de cada 2 (55,8%) reconoció que el estado de su piel le dificultó la práctica de actividad física y el 57,3% confesó que le había generado dificultades en su vida sexual. Mientras que 4 de cada 10 pacientes consignaron haber dejado de frecuentar lugares a causa de su enfermedad. Muchos pacientes, además, refieren que eligen cubrir las placas de su cuerpo con mangas largas y abrigos por la reacción que generan en los demás.

“El impacto de la psoriasis en la calidad de vida es muy alto. Hay numerosos estudios que han demostrado que tiene un impacto en actividades cotidianas, tanto laborales como recreativas, y en la relación con otras personas en distintos contextos como pueden ser grupos de amigos o la vida íntima de pareja. Esto es fácil de explicar, por un lado porque la piel es nuestra primera presentación ante las otras personas y las afecciones visibles de la misma pueden llevar a actitudes de discriminación por parte de los otros o aún de autoexclusión de parte de los propios pacientes. Por otro lado la piel engrosada, roja y escamada molesta por la presencia de prurito y hasta dolor, y es muy incapacitante”, manifiesta el doctor Magariños.

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