Cómo tratar a tiempo el dolor del huesito dulce

Aunque parezca un dolor inofensivo, es importante solucionar rápidamente esta lesión pues cuanto más tiempo pasa sin atención, mayor será la inflamación en la zona, lo que dificultará cualquier tratamiento.

Consejos para aliviar el dolor del huesito dulce (Foto: Pixabay)

“Cuando la gente dice que le duele el “huesito dulce”, en realidad, se está refiriendo al coxis. Esta es la parte más baja de la columna vertebral, un hueso impar inmóvil que presta inserción a varios grupos musculares y ligamentarios”, explica el quiropráctico Marcelo Barroso Griffiths (MN 9784) miembro de la Asociación Quiropráctica Argentina (AQA)

Existen diferentes situaciones por las cuales una persona puede sentir un dolor intenso en la parte baja de la espalda, ya que el “huesito dulce” se encuentra bastante expuesto y con poca protección.

 

Un dolor bastante amargo

Cuando duele el “huesito dulce”, la persona puede presentar los siguientes síntomas:

Dolor o sensibilidad en la región lumbar.

Dolor en la parte superior del área de los glúteos.

Dolor o entumecimiento al sentarse.

Hematomas e hinchazón alrededor de la base de la columna.

 

¿Por qué duele? 

De acuerdo con el quiropráctico Marcelo Barroso Griffiths, las situaciones que pueden generar molestias en el “huesito dulce” son varias: traumatismos, caídas fuertes, golpes o puntapiés frecuentes en chicos, que empiezan a veces como una broma y terminan en estas complicaciones. También los partos pueden desencadenar molestias y hernias discales lumbares que, por irradiación, pueden generar dolor en la zona.

“El desgarro o la distensión del coxis –asegura Barroso Griffiths- pueden resultar muy dolorosos y generar inflamación de la zona. El dolor es más frecuente al estar sentado, sobre todo sobre una superficie dura, ya que así aumenta la distensión o presión sobre los ligamentos desgarrados”.

Por otro lado, el quiropráctico aclara “una afección de esta zona también puede alterar el movimiento intestinal, las relaciones sexuales y, sin duda, la realización de actividades más simples, como caminar”.

 

¿Cómo puede tratarse?

Según Barroso Griffiths, es importante reconocer tempranamente los síntomas del dolor de coxis a fin de solucionar rápidamente esta lesión, ya que “cuanto más tiempo pasa sin atención, mayor será la inflamación en la zona dificultando cualquier tratamiento”.

Para realizar el diagnóstico, el quiropráctico debe realizar una examinación física y revisar la historia clínica del paciente. En los casos más graves, puede solicitar una radiografía.

Ante la presencia de esta lesión, el quiropráctico asegura que las opciones son varias:

Técnicas manuales externas: Se debe presionar suavemente en la articulación del sacro y el coxis, tratando de hacer una reducción manual. También se puede hacer tirando la piel en la base del coxis, logrando la tracción de los tejidos que ayudaran a la reducción ósea.

Técnicas manuales internas: Se hace vía anal, buscando traccionar desde la base del hueso en un movimiento conjunto que lleva también la presión desde afuera en la articulación sacro coccígea.

“En cualquiera de los casos –afirma Barroso Griffiths– se debe buscar primero la relajación del los ligamentos y los músculos involucrados, los cuales pueden ser previamente elongados con técnicas muy específicas para cada músculo en particular, junto a un preciso control respiratorio”. Y aclara: “Un quiropráctico correctamente formado puede ayudar en este caso, no solo por los conocimientos biomecánicas de la zona sino por su capacidad de poder realizar manualmente la corrección de la zona afectada”.

 

Cuidados para hacer en casa

Durante los primeros días o semanas después de la lesión de coxis, el quiropráctico Marcelo Barroso Griffiths recomienda: 

Mantener descanso: Suspender cualquier actividad física que cause dolor. Cuanto más descanse la persona, más rápido podrá sanar su lesión.

Aplicar hielo en el coxis durante 20 minutos cada hora durante las primeras 48 horas. Luego de 2 a 3 veces al día. Nunca aplique el hielo directamente sobre la piel. 

Actividad física paulatina: A medida que el dolor desaparece, puede comenzar a hacer actividad física ligera.

Cuidados al sentarse: Evite estar sentado durante largos períodos de tiempo y no se siente sobre una superficie dura. Alterne entre cada lado o nalga. 

 

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