Este 15 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), una afección muy compleja y heterogénea, que se caracteriza por establecerse de manera paulatina. En nuestro país el 14,5% de la población la presenta y más del 75% de quienes la padecen no están diagnosticados.
Un error común es el de tratar a todos los pacientes con EPOC de la misma forma. Pero identificar a los grupos especiales y diseñar un tratamiento a medida para cada uno de ellos contribuye a mejorar la calidad de vida, disminuir el impacto negativo de la enfermedad y modificar su pronóstico.
• EPOC y obesidad
La obesidad es la segunda causa de muerte evitable a nivel mundial mientras que el tabaquismo es la primera. Y el impacto de la obesidad sobre la función respiratoria es considerable en todos los individuos, sufran o no EPOC. Pero son los individuos con kilos de más y fumadores con EPOC quienes presentan mayor mortalidad.
De acuerdo con datos de EPOCAR, de la población con EPOC de nuestro país el 32% es obesa, y el 36,8 % tiene sobrepeso. Las consecuencias clínicas de la coexistencia de EPOC y obesidad son muchas y muy importantes, como mayor disnea, mayor trabajo para respirar, menor fuerza a nivel de los músculos respiratorios y peores parámetros de espirometría.
Esta asociación suele aparecer en pacientes más jóvenes y con gran compromiso sintomático en estadios más tempranos de la enfermedad, por lo que se los debe considerar un grupo con alto riesgo. Este grupo también tiene más riesgo de presentar Apneas del Sueño, que impacta negativamente en la calidad de vida y la sobrevida de los mismos.
• EPOC y asma
De acuerdo con el estudio EPOCAR, en nuestro país el 28,5% de los pacientes con diagnóstico de EPOC tenían diagnóstico previo de Asma Bronquial, dos enfermedades respiratorias crónicas distintas, pero ambas con una elevada prevalencia. Esto ocasiona que algunos pacientes las padezcan de forma concomitante, lo que se denomina Superposición Asma-EPOC o ACO (de sus siglas en inglés Asthma-COPD Overlap).
El grupo de pacientes con ACO abarcaría tanto a los asmáticos fumadores que desarrollan obstrucción persistente al flujo aéreo, como a los EPOC con características de asma.
Este grupo de pacientes presenta más síntomas, peor calidad de vida y mayor riesgo de exacerbaciones que los pacientes con EPOC, aunque tienen menor mortalidad. Las diferencias en los desenlaces clínicos y en la respuesta al tratamiento del ACO respecto al asma y a la EPOC merecen un abordaje diagnóstico y terapéutico diferencial.
• EPOC y depresión-ansiedad
Los trastornos ansioso-depresivos son un problema muy frecuente en los pacientes con EPOC, con importantes consecuencias en su estado de salud. Se estima que aproximadamente el 35% de los afectados sufre de trastornos generalizados de ansiedad y el 28% de depresión, respectivamente. La dificultad para respirar (disnea) persistente es el principal síntoma que aumenta los niveles de estos desórdenes.
En estos pacientes, los trastornos ansioso-depresivos no tratados se asocian a una disminución de la adherencia al tratamiento médico, abandono prematuro de los programas de rehabilitación pulmonar, incremento de la estancia hospitalaria, peor calidad de vida y mayor riesgo de muerte.
Es de suma importancia realizar una detección precoz de los síntomas de ansiedad y/o depresión en los pacientes con EPOC, por el impacto negativo que estas patologías tienen sobre el pronóstico de la enfermedad. El abordaje conjunto con un equipo de salud mental es sumamente necesario.
• EPOC y tabaquismo activo
A pesar de conocer que la principal causa de EPOC es el consumo de tabaco, hay que destacar el elevado número de pacientes con EPOC que siguen fumando, aun sabiendo que padecen esta enfermedad. Se estima que aproximadamente del 30 al 70% de los pacientes con EPOC continúa fumando de forma activa. Estos pacientes tienen características específicas de consumo, que los convierten en un grupo de fumadores con especiales dificultades para dejar de fumar.
El manejo de estos pacientes tiene que ser muy específico y respetuoso. Valorar el estado de ánimo es fundamental, ya que muchos tienen cuadros depresivos que contribuyen a perpetuar el consumo. Poder determinar estrategias de cesación personalizadas incrementa las posibilidades de éxito en este grupo.
*El doctor Ariel Blua (M.P. 26114), es Coordinador de la Sección Enfermedades Obstructivas de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, Jefe de Servicio de la Unidad de Enfermedades Respiratorias en el Hospital Privado Universitario de Córdoba.