Habitualmente cuando se habla de diabetes, se asocia este término a niveles elevados de glucosa o azúcar en sangre. Esta asociación es correcta, ya que es la variable que se utiliza para determinar si una persona presenta diabetes o no. Sin embargo, hoy sabemos que la diabetes es una enfermedad crónica que tiene un impacto negativo en la salud de las personas que la padecen y que este impacto excede el aumento de glucosa en sangre, es decir excede el glucocentrismo histórico que se asocia a esta enfermedad.
Se estima que en el mundo aproximadamente 463 millones de personas viven con diabetes y en nuestro país, acorde a la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 1 de cada 10 argentinos presenta diabetes. Estas cifras son de por si alarmantes, observándose un incremento con respecto a años previos. Además, se estima que este incremento continuará durante las próximas décadas.
Otro dato muy importante que no quiero dejar de mencionar es que los pacientes con diabetes tienen 2 a 3 veces más riesgo de presentar un infarto agudo de miocardio o accidente cerebrovascular que la población general. Estas no son las únicas complicaciones asociadas a la diabetes, dentro de las cuales se encuentran la enfermedad arterial de los miembros inferiores, la insuficiencia cardiaca y, por último, y no menos importantes, las complicaciones renales presentes en el 40% de los pacientes con diabetes y siendo una de las causas mas frecuentes de necesidad de diálisis o trasplante renal.
Tanto las complicaciones renales como las cardiovasculares se pueden desarrollar a pesar de un adecuado control glucémico, ante lo cual se desprende que la diabetes es “más que glucosa”. Es precisamente este término el que eligieron 5 Sociedades Científicas junto con el laboratorio AstraZeneca para denominar una campaña que tiene como objetivo concientizar a la población de nuestro país sobre la importancia que tiene un tratamiento integral de la diabetes. Bajo la premisa “Hay órganos que sufren y no se ven” se busca poner foco en las graves complicaciones a nivel renal y cardiovascular muchas veces desconocidas y las cuales pueden prevenirse. A través de la campaña se pone a disposición de las personas con diabetes, sus familias, y la población en general información veraz, expuesta de manera didáctica y de fácil comprensión, para así disminuir la barrera del desconocimiento y apoyar el tratamiento de las personas que tienen diabetes. Por la situación que estamos atravesando consecuencia de la pandemia por Covid-19, esta campaña está orientada en su totalidad en un entorno digital.
Recomiendo consultar el sitio web www.masqueglucosa.com.ar y sus perfiles en Instagram (masqueglucosa) y Facebook para conocer más a fondo las complicaciones que mencioné previamente y obtener recomendaciones sobre alimentación y ejercicio físico, e incluso se dispone de un servicio de enfermería online para orientar a los pacientes y familiares.
Ya que lo mencioné, voy a comentar algunas cuestiones sobre cómo impacta la Covid-19 en la enfermedad cardiovascular. En el mundo y en nuestro país ocurrió lo mismo, las consultas médicas en consultorio y en emergencias, procedimientos cardiovasculares (angioplastias, cirugías) e incluso el número de infartos de miocardio ha disminuido comparado con mismos periodos de años previos. La mortalidad intrahospitalaria en los infartos de miocardio pasó de un 6,7% a 9,6% respecto al mismo periodo del año pasado, en parte atribuidas a consultas tardías al sistema de salud. Más aún, distintas proyecciones estiman durante esta pandemia un incremento de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares que no son debidas a infecciones por Covid-19.
Dado que la diabetes no se toma vacaciones durante la pandemia, quiero aprovechar la oportunidad para reforzar el concepto de que las personas con enfermedades cardiovasculares o factores de riesgo, dentro de los cuales se encuentran los pacientes con diabetes, deben mantener una alimentación saludable y un peso adecuado, continuar activos físicamente y no suspender la medicación ni los controles médicos habituales para evitar el desarrollo de complicaciones.
*El doctor Augusto Lavalle Cobo es médico cardiólogo.