Muchos hombres retrasan la visita al proctólogo por el temor de hacerse un tacto rectal. El mito del dolor y de la virilidad es parte de la idiosincrasia de algunos hombres que no están acostumbrados a los controles médicos. Sin embargo, es más un mito que un problema concreto, porque el tacto rectal no es molesto ni doloroso.
A pesar de que suele ser una práctica muy específica y recomendada para detectar el tamaño de la próstata y posibles tumores, en algunos casos no está indicada.
Cuando la prueba de PSA (antígeno prostático específico) es muy baja, se puede evitar el tacto rectal. Los valores altos de PSA pueden detectar problemas de próstata, aunque también estos pueden elevarse por otros problemas benignos, sin embargo suele elevarse más cuando hay presencia de un tumor maligno. Cuando hay sospecha de un tumor maligno, el tacto rectal es necesario para poder palpar el tumor.
El tacto en el recto no siempre está indicado en la visita al urólogo o al proctólogo, depende del valor del PSA y de los síntomas que puede tener el paciente.
Es importante aclarar que el cáncer de próstata se diagnostica con una biopsia de la próstata que se puede hacer por vía transrectal o transperineal, esas son las dos vías de abordaje para hacer el diagnóstico de la enfermedad.
Los estudios tienen que hacerse en forma anual a partir de los 50 años de edad, aunque si los valores de PSA son muy bajos se pueden espaciar y repetir de 3 a 5 años.
No hay síntomas específicos del cáncer de próstata, sí hay síntomas de agrandamiento de la próstata por causas benignas, por eso el tumor en sus etapas iniciales no presenta síntomas.
¿Se puede reemplazar el tacto rectal?
Ante la sospecha de un tumor se puede reemplazar por una resonancia, aunque en general este es igualmente necesario para conocer el tamaño de la próstata.
Con el tacto se busca palpar la próstata, el tamaño y la presencia de un tumor. Se palpa la cara posterior de la próstata que contacta con el recto y recordamos que no se hace cuando el PSA es muy bajo.
